Luka Modric, el 'Cruyff de los Balcanes'

Dicen que a varios de los grandes equipos europeos (Chelsea, Inter, Bayern, etc...) les cuesta jugar bien al fútbol porque carecen de un buen mediocentro. De esos que le sobran a la selección española. Fuera de nuestras fronteras no hay muchos jugadores de ese perfil: Pirlo, Scholes, Sahin, Wilshere... Y Luka Modric (Zadar, 1985), al que veremos hoy con la camiseta número 14 de los Spurs. ¿El 14? Sí, el 14 que llevaba Johan Cruyff, con el que guarda un gran parecido físico. Busquen fotos.

De Cruyff tiene también una gran aceleración con el balón en los pies y una buena visión de juego. Talento a raudales pero endeble físicamente, durante toda su carrera ha dependido del entrenador que tuviera a los mandos. Si éste era conservador y quería blindarse con dos pivotes, Modric jugaba escorado en la banda izquierda o de mediapunta. Así, en sus cuatro años en el Dinamo de Zagreb marcó 31 goles y repartió 29 asistencias. Pero cuando el técnico de turno ha sido más valiente, Modric ha jugado más retrasado, junto a un único mediocentro defensivo. Como ahora. Es el organizador, el faro, la brújula.

Luka sufrió una infancia difícil por la guerra de los Balcanes. Perdió a su abuelo y tuvo que abandonar su hogar. Pero con el balón entre los pies destacó pronto. Elegido 'mejor jugador de la liga bosnia' con 17 años, 'mejor esperanza croata' con 18, y 'mejor jugador de la liga croata' con 21, cuando ya había ganado tres ligas. Su nombre, ya apuntado en muchas agendas, resonó con más fuerza aún en la Premier cuando dejó fuera a Inglaterra de la Eurocopa 2008. Una competición en la que posteriormente Modric sería elegido en el equipo ideal del torneo.

Llegó al Tottenham por unos 20 millones de euros junto a Juande Ramos. Su rendimiento, pese a varias lesiones, ha ido creciendo. Con 25 años, parece ahora en su mejor momento y empiezan a sonar sirenas de buenas ofertas. Antes, tiene la reválida del Bernabéu.