La Liga afronta desunida el parón patronal del 3-A

El pasado 11 de febrero, la Asamblea de la Liga de Fútbol Profesional votó parar la competición en la jornada 30 fijada para el 3 de abril. La decisión se tomó entonces y sólo se modificaría si el Gobierno daba algún paso para la eliminación de la obligatoriedad de televisar cada jornada un partido en abierto.

En aquella votación se impuso el sí por 26 a 16 votos. La LFP mantuvo el parón programado tras la reunión de la junta de división de la semana pasada al entender que el Gobierno no se había dado por aludido.

La semana pasada no se volvió a votar porque el acuerdo se alcanzó en la asamblea del 11 de febrero, pero de haberse hecho de nuevo la votación, dos clubes que votaron afirmativamente habrían cambiado su voto: Sevilla y Espanyol. Entre los dirigentes de la LFP sorprende mucho el cambio que ha dado José María del Nido. El presidente del Sevilla, aseguran estas fuentes, era de los que más apoyaban el parón y ahora es uno de los líderes del G-6, los clubes (Villarreal, Sevilla, Athletic, Espanyol, Real Sociedad y Zaragoza) que han impugnado en el juzgado la decisión de la LFP de no jugar.

Judicialización.

Será la juez Purificación Pujol, titular del juzgado de primer instancia número 63 de Madrid, quien mañana, después de escuchar a la LFP y los demandantes, decidirá si se juega o no la jornada el próximo fin de semana.

Los demandantes reclaman que no se trata de un parón patronal sino de un cambio de calendario que debe ser aprobado por dos tercios de la asamblea y ratificado por la Asamblea General de la Real Federación Española de Fútbol. La juez deberá solventar si han presentado su recurso en plazo y resolver si debían hacerlo en 40 días naturales o en 40 días hábiles.

La desunión entre los miembros de la LFP ha aumentado por la judicialización del conflicto por parte del G-6. Todo está en manos de una juez: cuándo se juega la próxima jornada y el futuro de la LFP.