El hockey hielo deja a un lado al fútbol en Chequia

El fútbol vive una época de depresión en la República Checa. El mal momento que atraviesa la selección ha servido para decantar a favor del hockey hielo el debate entre uno y otro deporte que existía en la calle. Y es normal. Los checos se proclamaron campeones del mundo de hockey el pasado año en el Mundial de Alemania tras derrotar a la todopoderosa Rusia por 2-1 en la final. Dicha victoria desató la euforia entre los ciudadanos del país, que poco a poco empiezan a tener en los patinadores Klepis, Jagr, Rachunek o Rolliner a sus nuevos ídolos. Así se lo hicieron notar con una multitudinaria celebración en la Plaza de la Ciudad Vieja, en Praga.

Todo lo contrario a lo que ocurre en el fútbol. El equipo que dirige Michal Bilek transita por uno de los peores momentos de su reciente historia. Constituido en 1992 tras la división de Checoslovaquia entre República Checa y Eslovaquia, el equipo narodni arrancó con fuerza su andadura. El excelente debut en una competición oficial se produjo con el segundo puesto en la Eurocopa del 96. Los Kouba, Nedved, Poborsky, Kuka, Smicer, Berger o Bejbl dieron la sorpresa al colarse en la final, en la que perdieron ante Alemania mediante el entonces novedoso formato del Gol de Oro.

Los checos alcanzaron por aquel tiempo los primeros cinco puestos del ránking FIFA e incluso situaron su mayor cota en una meritoria segunda plaza. Pero desde entonces comenzó un declive que no ocultaron ni las semifinales de la Eurocopa de 2002. El punto culmen de esa cuesta abajo se vivió hace dos años, cuando su vecina y rival Eslovaquia les batió a domicilio (1-2) en la fase de clasificación para el Mundial. Todo ello sitúa a Chequia en el puesto 31º del mundo según la FIFA. Lejos, muy lejos, del nivel del hockey hielo.