Chequia pone a cien a Xavi y a Los Cármenes

La República Checa tiene el récord mundial de consumo de cerveza por habitante (ahí nos dobla) y el de decatlón, ambas especialidades de la casa. También una fabulosa selección de hockey hielo, gloria nacional. Su fútbol, en cambio, vivió tiempos mejores, cuando competía junto a Eslovaquia e incluso después del 'divorcio' de 1993. Ganó una Eurocopa (1976, con ocho eslovacos en el once) y un oro olímpico (1980) y fue dos veces subcampeona del mundo (1934 y 1962). También dejó para la historia un Balón de Oro, Masopust, y el penalti de Panenka, engaño elevado a obra de arte. Ahora es 31ª en el ranking FIFA, no estuvo en el pasado Mundial y tampoco ha dado con el relevo adecuado del septuagenario técnico Bruckner, relevado en 2008.

Banquillo caliente. En un año tuvo cuatro seleccionadores. El penúltimo fue Hasek, que compatibilizó el cargo con el de presidente de la Federación (Villar y Del Bosque en uno), y el último, Bilek, jugador del Betis del 90 al 92 y que hoy dirigirá al equipo Ofrece cuatro victorias en diez partidos.

Sus estrellas llegan pasadas de fecha. Baros, ausente en la selección desde septiembre, camina hacia los 30 años lejos de su esplendor en el Liverpool. Rosicky los ha cumplido y pesa poco en el Arsenal: ocho veces titular este curso y un solo gol. Y Cech, mejor portero de la Champions en 2007 y 2008, ya no es amenaza para Casillas. Chequia pinchó en el estreno ante Lituania, pero aún así es el rival del grupo, tiene cinco jugadores en la Bundesliga y dos en la Premier y conviene desarmarla pronto. Así lo entiende Del Bosque, que como muestra de respeto pone el once campeón, menos los lesionados Puyol y Pedro, más los casi titulares Arbeloa y Torres.

La fatiga. El premio son tres puntos y descanso para unos cuantos en Lituania. Descanso recomendable, porque los convocados han disputado ya una media de 40 partidos esta temporada y algunos, como Silva, llegan a los 50. Y a madridistas y barcelonistas les aguardan 15 más en dos meses si las cosas van como esperan.

El partido pondrá a cien a Xavi, la imagen de marca del tiqui-taca: jugadores pequeños, inteligentes e invencibles, como Astérix, que hoy dominan este juego. Y Villa volverá a asaltar el récord de Raúl, lo que le quitaría un peso de encima. Sabe que el gol 45 es inevitable, pero se le está haciendo larga y pesada la espera. Y Granada envolverá el partido en cariño y entusiasmo desbordados. 17.000 personas soplaran fuerte contra los checos, a los que impresiona Del Bosque, que aún no se ha dejado un punto en una fase de clasificación. Lejos de los amistosos, España es intachable.