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Liga Adelante | Betis

Rafael Gordillo: cien días de sobresaliente

El pasado 13 de diciembre, el Betis dio uno de los cambios más importantes de su historia. La inmensa masa social verdiblanca reclamaba la marcha de Lopera-Oliver y la llegada de aire fresco. Y quién mejor que el Vendaval del Polígono. El mito pasó de ser historia bética a realidad.

<b>SATISFECHO. </b>Rafael Gordillo saludaba así de contento tras ser nombrado presidente el pasado 13 de diciembre en el hotel Al Andalus.
toni rodríguez

Hoy a las 22:07 horas se cumplirán cien días desde que aquella noche del pasado 13 de diciembre el Betis diera un giro radical a su historia. Parecía que nunca se iba a poner fin a la época de Manuel Ruiz de Lopera y posterior continuación de Luis Oliver, pero el trabajo de los grupos opositores y las medidas cautelares impuestas por la jueza Mercedes Alaya en el mes de julio derivaron en el nombramiento de los tres administradores judiciales y la posterior Junta extraordinaria. Ese día, la inmensa mayoría de los accionistas apoyaron al mítico Rafael Gordillo y su equipo de trabajo. Y ese día, el beticismo dejó de preocuparse por sus dirigentes para centrarse en animar a los jugadores. Nunca más se han visto pañuelos en Heliópolis ni se ha gritado a nadie el famoso "vete ya". También es cierto que no se ha ovacionado al Vendaval del Polígono salvo levemente en su debut contra el Getafe en la ida de los dieciseisavos de Copa. Para muchos, el beticismo se ha hecho mayor.

"Mi intención nunca ha sido ser presidente del Betis. Yo he sido aficionado desde siempre y han solicitado mi ayuda y aquí estoy para aportar todo lo que pueda. La verdad es que no me veo en el futuro siguiendo en el cargo. Otra cosa sería ser el presidente de honor, como Di Stéfano en el Real Madrid", dice Gordillo cada vez que es preguntado. Y es que su tarea no ha sido nada fácil, puesto que los anteriores dirigentes dejaron al Betis en uno de los peores momentos de su historia tanto económica e institucionalmente.

Esos han sido los dos puntos más importantes de la sobresaliente etapa del actual Consejo: unir al beticismo, que estaba dividido desde 1992 y asegurar el futuro de un club casi hundido y dentro de la Ley Concursal. Lo primero lo consiguió en pocas horas y lo segundo le ha costado mucho más, pero poco a poco lo están logrando gracias al trabajo de todos los consejeros y especialmente de su vicepresidente y ya único administrador judicial, José Antonio Bosch, y del consejero Miguel Guillén. Ambos son siempre muy optimistas: "El futuro del club va a ser muy positivo. Sólo hay que saber aprovechar la inmensa masa social de la entidad. Muy pocos equipos en toda España cuentan con el tirón el Betis". De momento, Guillén ha conseguido patrocinios para salvar la temporada (Cruzcampo) y ha renegociado otros como Seat y RBB. El ascenso sería el último paso para sanear la entidad.

Altibajos.

En 100 días, el Consejo ha tenido tiempo para todo. El peor momento fue el 4 de marzo. Gordillo tuvo que comparecer con Miki Roqué para anunciar el tumor en la pelvis que sufre el jugador catalán. Fue sin duda la situación más dura. Aunque en otro también tuvo que lidiar con la denuncia de los jugadores a la AFE por el impago de las fichas del pasado año, con la imposibilidad de fichar debido a ese asunto e incluso con la tremenda crisis de resultados, que a punto estuvo de costarle el puesto a Pepe Mel, después de haber devuelto la ilusión a los béticos tras mucho tiempo tanto con la espectacular primera vuelta liguera como con el enorme papel en Copa con victoria al Barça incluida.

No obstante, las alegrías han superado a los sinsabores. Desde el 21 de enero, cuando la Audiencia Provincial ratificó las medidas cautelares, saben que el nuevo Betis va para largo. Aunque Gordillo lo tiene claro: se irá al acabar la temporada y con el Betis en Primera.