El club va a pedir garantías por escrito a los inversores

El Mallorca trabaja de puertas adentro para que el proyecto de construir un nuevo estadio, con oferta complementaria, sea una realidad en el año del centenario (2016). Los responsables jurídicos de la entidad están elaborando una serie de documentos para comprometer por escrito a los inversores ingleses, que se han mostrado interesados en financiar la construcción del complejo deportivo en caso de salir adelante.

Con el objetivo de conseguir plasmar el acuerdo en papel, Biel Cerdà, consejero de infraestructuras del Mallorca, viajará en las próximas semanas a Inglaterra para que los inversores garanticen por escrito la aportación de los cerca de 200 millones de euros que costaría la construcción del campo de fútbol, los equipamientos deportivos, el centro comercial y la remodelación del actual Iberoestar Estadi.

La intención del club es conseguir un compromiso firme y fiable de los inversores para contar con una garantía que avale la viabilidad del proyecto ante las instituciones, dado que es uno de los puntos importantes para que el Ayuntamiento de Palma dé el visto bueno a la operación. En el club reconocen la existencia de una serie de grupos de inversores británicos dispuestos a sufragar la totalidad de la obra. La idea es tener todos los cabos bien atados para negociar la viabilidad del proyecto con las instituciones que surjan de las próximas elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán el próximo mes de mayo.

El proyecto, a Lliga Regionalista

El Mallorca presentó ayer el proyecto a tres importantes arquitectos de prestigio internacional para que aporten las ideas oportunas para mejorar el diseño y que también puedan participar en la ejecución de la obra si finalmente se autoriza. Además, también dio a conocer el proyecto a la Lliga Regionalista de Balears, partido político de reciente creación y liderado por Jaume Font. El dirigente político apuntó: "Debe haber una sentada de todos con el espíritu de tomar una decisión común. El proyecto no me desagrada, pero entiendo que hay una serie de cuestiones urbanísticas importantes y que implicarían la modificación del Plan General. No somos los políticos quienes debemos decidir si se hace o no, sino los vecinos y las asociaciones de Palma. Lo que más me gusta es que no hay que poner dinero público".