Europa League | Bayer Leverkusen 2 - Villarreal 3
Rossi y Nilmar, de oro
Los dos se bastaron para firmar un triunfo histórico.
Nilmar y Rossi sellaron ayer medio billete a los cuartos de final. Ellos son los Riquelme y Forlán que en su día condujeron al Villarreal a su primera gesta europea. Los dos pintaron un 2-3 de lujo y demostraron que se valen para tumbar a cualquiera, aunque sea el segundo de la Bundesliga, y le permiten al Submarino soñar con ganar esta Europa League. ¿Por qué no? No se me ocurre otra pareja de delanteros de un nivel similar en este torneo y, si mantienen la efectividad de ayer, su dominio puede ser incontestable y, su cotización, incalculable.
Los dos cracks amarillos firmaron tres goles de oro y en tres chispazos superaron un mejor partido del Bayer, al que le costaba un mundo marcar mientras que el Submarino lo hacía con aparente facilidad. Pero es que teniendo a dos atacantes de la talla del italiano y el brasileño, todo es más sencillo.
Para los menos puestos, cabe recordar que el envite era de órdago pues los de Garrido visitaban la cancha del segundo clasificado de la Bundesliga y, viendo lo que el décimo había logrado ante el Valencia unas horas antes, era para estar temerosos del potencial local. Pese a eso, el técnico amarillo presentó un once parcheado con el que pensaba a partes iguales en Europa y en la Liga, donde están acusando el desgaste continental. La banda izquierda era de circunstancias, la aparición de Wakaso fue un remiendo que no funcionó y hasta Marchena regresó al pivote en la medular. El Submarino era poco reconocible, mutó a más rocoso y menos vistoso, pero guardándose en la manga los ases de sus dos puntas, que no es poco.
En un desajuste defensivo, el Bayer se adelantó al encontrar el lateral Kadlec un océano de espacio en el costado diestro y hacía justicia al mejor juego local, basado en el empuje y en la calidad de Renato. Pero cuando los germanos bajaron el pistón, Rossi les empató recordándoles que a él no se le puede dar un metro. En los tres minutos posteriores, el italiano comandó dos contras que pudieron ser letales. No lo fueron, pero el Villarreal metió el miedo en el cuerpo a los locales, que se agarraron a su genética teutona dando entrada al tanque Kiessling.
Magia brasileña.
Pero al músculo y los centímetros los derrotó la calidad, esta vez de Nilmar, que había entrado por Rossi. También estaba ya en el césped Cazorla, que empezó a asociarse con Borja y ese lenguaje no lo hablan los alemanes, a los que Nilmar les robó la cartera para golpear al Bayer. El espíritu pétreo de los alemanes les hizo reponerse e igualar de nuevo un marcador, pero no contaban con el último truco del mago Nilmar que, sobre la campana, empujó al Villarreal a las puertas de los cuartos de final con el 2-3.