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Liga de Campeones | Schalke 3 - Valencia 1

Injusto adiós a la Champions

Ricardo Costa hizo el 0-1, pero remontaron Farfán y Gavranovic. Los ché pusieron juego y ocasiones; el Schalke, efectividad. Hubo penalti a Mathieu.

Miguel A. Vara
<b>FELIZ. </b>Raúl, que ayer superó a Maldini en partidos de Copa de Europa,  entre Uchida y Metzelder.
FELIZ. Raúl, que ayer superó a Maldini en partidos de Copa de Europa, entre Uchida y Metzelder.

El Valencia se despidió de Europa justo la noche en la que el fútbol le dio la razón. Se marchan los ches a casa con la frustración de haber sido superiores ayer, en el global de la eliminatoria y de sólo haber caído a los puntos, a los goles en este caso. Los de Emery jugaron ayer de maravilla, posiblemente su mejor fútbol del año, algo que ya sé que no le alcanza al valencianismo como consuelo. En resumen, el Valencia mereció entrar en los cuartos de final pero dos zarpazos (el tercero ya ni cuenta) del Schalke lo impidieron. Ni siquiera tuvieron los alemanes que echar mano de Raúl, que ya hizo su faena en Mestalla, y anoche estuvo muy bien atado. En general, todo lo hizo a la perfección el cuadro español menos culminar en gol su vistoso juego ofensivo. Una crueldad intolerable.

Aduriz recordará con especial pesar lo sucedido, pues tuvo hasta tres ocasiones para amarrar la eliminatoria y las desperdició. Su figura resume lo sucedido en el Veltins porque el vasco lo hizo todo bien, bregando, bajando la pelota, descargando el juego pero erró en el remate. Toreo de salón sin saber matar al toro alemán. Tampoco es justo cebarse con Aduriz, pues el resto de sus compañeros tampoco estuvieron finos en la sentencia. La tuvo Joaquín y Mata y Tino Costa porque el Valencia llegaba mucho y bien, pero nadie fue capaz de hacer justicia. La noche aciaga la completó el colegiado, que hasta desvió un remate envenenado de Joaquín con su espalda, otra metáfora de lo que pasó pues Eriksson fue un enemigo más, no el principal, con un injusto reparto de faltas y hasta un penalti no visto.

La amargura che está justificada porque merecieron los cuartos y Ricardo Costa fue el encargado de encaminar una noche que pintaba muy bien gracias al perfecto planteamiento de Unai y a lo bien que los suyos interpretaron lo previsto. Topal y Banega mandaban en el partido en una actuación digna de premio y las ocasiones iban llegando ante un Schalke superado por la ofensiva y sólo sostenido por Neuer, estupendo portero que salvó a los suyos. La insistencia visitante tuvo premio y hasta el descanso el partido sólo hablaba del segundo gol valencianista. Pero la noche se torció cuando Farfán empató el duelo en el primer disparo alemán. Meritorio disparo, eso sí.

Sin premio. Emery no cambió nada al descanso porque nada debía cambiar. Los suyos eran mejores y estaban superando al Schalke. Pero fue entonces cuando el conjunto germano sacó su vena alemana y de la nada fabricó un gol que le ponía por delante en la eliminatoria. Había tiempo para empatar de nuevo y ese hipotético 2-2 le daba el pasaporte a cuartos, pero había que meterla y Aduriz no era el indicado para eso. Erró en el 56', 58' y 63' y ahí ya se olía que algo iba a salir mal.

Entraron Soldado, Jonas y Tino Costa. Toda la artillería estaba sobre el campo de batalla, pero no hubo manera. Ni el árbitro ayudó con un penalti a Mathieu. La Champions marca sus normas y anoche no quiso que el Valencia pasara a cuartos. Ella sabrá por qué pues el mejor equipo quedó en el camino porque el Valencia fue mejor, diga lo que diga el marcador, un juez que no siempre imparte justicia.