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Liga Adelante | Ponferradina 1-Betis 1

Expolio en Ponferrada

El árbitro, nefasto, se traga un penalti y anula un gol legal y evita la victoria verdiblanca. El Betis, pese a todo, muy gris. Molina igualó el gol de Saizar

<b>GRAVE ERROR. </b>Hernández Hernández anula el gol de Jorge Molina ante la sorpresa del delantero.
GRAVE ERROR. Hernández Hernández anula el gol de Jorge Molina ante la sorpresa del delantero.alfonso reyes

C ierto: el Betis de ayer se pareció más al de las cinco derrotas consecutivas que al de una primera vuelta imperial. Cierto también: hasta el minuto 80, el arbitraje había perjudicado a ambos equipos, con dos expulsiones igual de rigurosas (Abraham e Iriney) y una administración de tarjetas digna de circo. Pero también, y más importante: Hernández Hernández, así se llama el trencilla, le pegó al equipo verdiblanco un atraco descomunal, le robó la victoria. Primero pitando fuera de juego de Ezequiel (que solo se plantaba delante de Alejandro) por un balón que venía de saque de banda; después, comiéndose una mano de Toribio de esas que en el diccionario enciclopédico acompaña a la palabra penalti; y para rematar, anulando por inexistente falta de Molina el tanto que hubiera sellado el triunfo bético (por cierto; al alcoyano le han anulado ya cuatro tantos de manera injusta). Tal expolio llegó en los últimos diez minutos, cuando el equipo verdiblanco se dio cuenta de que estaba obligado a ganar los tres puntos en un escenario así y cuando no quedaba tiempo para nada.

Paradojas de la vida, el Betis pernoctó anoche en el hotel que tiene la Federación en Las Rozas, Madrid, y allí se entrenará hoy. Debiera el presidente Gordillo, que viajó con el equipo, aprovechar para preguntarle a Villar o a su secuaz Arminio por qué árbitros tan infames como el de anoche pueden pitar en una categoría profesional. Saber cómo es posible que este canario de sólo 28 años se dedique a desnudar ilusiones con su incompetencia. No servirá, claro. Pero soñar es gratis.

Y el fútbol, puro realismo mágico, algo capaz de cambiarnos la realidad. De hacernos creer que con una sola victoria, aunque fuera sudando y a balón parado, en casa y ante el débil Albacete, el Betis le había dado la vuelta a su fútbol. Pero no. El Betis que saltó a El Toralín mostró los mismos síntomas preocupantes que ante Granada, Elche y Valladolid: poca atención atrás, falta de precisión en el medio y nula pegada delante.

Desastre atrás.

La Ponferradina no ocupa el último puesto por casualidad. Es último porque tiene el presupuesto más bajo y porque sus jugadores así lo confirman: todo corazón, calidad menos que justita. Tan nimios argumentos y algo de suerte bastaron a los bercianos para ponerse delante pronto, gracias además a una desastrosa jugada defensiva del Betis: Nacho no defiende, Roversio y Dorado no están atentos a Saizar, el delantero remata picado y Casto se la traga: 1-0 (7'). Se mascaba la tragedia. Y se siguió mascando hasta que Mel tiró la casa por la ventana y decidió sacar a Emaná incluso antes de que terminara la primera parte. ¿Por qué se quedó Achille en el banquillo? ¿Un toque? ? ¿Un canto a la solidaridad de equipo por encima de los individualismos? Como avisábamos en la previa, Rubén Castro tiene las reservas al límite. Con casi 3.000 minutos en las piernas, le falta el último aliento, el del remate, y así lo confirmó en el primer acercamiento serio de los verdiblancos, cuando le pegó con la uña a un balón de gol servido por Ezequiel. Bien otra vez el canterano, de nuevo el más esforzado en su equipo. Lo intentó todo por la izquierda, pero entre la falta de acompañamiento y el acierto de Alejandro se quedó sin mojar.

Sí, Emaná es el Cid. Incluso jugando al tran-tran, muerto sobre Babieca, como ayer, el rival se aterra cuando sale. Y se asustó la Ponferradina, casi un cadáver nada más volver del descanso, cuando Molina empató y el árbitro expulsó a Abraham por dos tonterías. Pero lejos de pararla y serenarse, con 40 minutos por delante, el Betis se dejó llevar por la locura de la grada y del árbitro e Iriney también acabó en la calle de manera absurda. Y Arzu a punto estuvo de tirar incluso el empate. Y Hernández acabó de cargarse la jangá justificando el mal juego bético y todo lo que protestase Mel. Del Celta y el Rayo queda el Betis a cuatro y tres puntos... Ojalá no se acuerde de los dos de anoche. Ojalá pueda olvidar a este infame árbitro canario.

Hernández, hijo y sobrino de árbitros

A los 21, Alejandro José Hernández Hernández ya estaba en Segunda B. A los 25, hace tres, en Segunda. Hijo y sobrino de árbitros, este licenciado en empresariales está considerado el árbitro canario de más futuro. Pero actuaciones como la de ayer ponen más que en duda su ascenso a Primera.