Internacional | Economía y fútbol, un binomio rentable
Brasil se rearma de cara a 2014
A mil días de la celebración del Mundial 2014, Brasil bulle financiera y deportivamente. La bonhomía económica del país está relacionada con las buenas expectativas motivadas por el Mundial y los Juegos Olímpicos de 2016. Incluso las empresas se han rascado el bolsillo para ayudar a los clubes a repatriar a sus vacas sagradas. Al tiempo el bahiano Marcelo Obredecht lidera la reconstrucción de sus estadios con la venia gubernamental.
Brasil afronta el desafío logístico, económico y deportivo más importante de su historia: albergar un Mundial de fútbol y unos Juegos Olímpicos en un periodo de dos años, algo que ningún país sudamericano ha afrontado antes.
El proyecto viene respaldado por un plan económico desarrollado por el gobierno brasileño. Los índices de crecimiento económicos son favorables y los consumidores brasileños son los más optimistas (63%) de los países emergentes. A eso se suma una campaña de imagen del deporte cuya primera premisa es repatriar a sus cracks. Los clubes presentan mejor situación financiera que hace años, aunque insuficiente para asumir el pago de los salarios de figuras como Ronaldinho, Rivaldo, Mancini, Elano o Vagner.
Sin embargo, el auge económico del país ha generado una corriente de inversión de los patrocinadores. En la lista de mecenas que han esponsorizado fichajes del fútbol brasileño aparecen empresas como la láctea Batavo, la farmacéutica Neo Química o la cárnica Seara. Estas empresas se hacen cargo de una parte del salario y, en ocasiones, de parte de las primas de rendimiento. A cambio les ceden palcos y una parte de los derechos de imagen del jugador, para ligar su imagen a la del futbolista patrocinado. Un fenómeno ha disparado los ingresos de los clubes un 12% en 2010, según un estudio de Crowe Horwath RCS. Multinacionales, como Nike, han ayudado a tender puentes negociadores con Europa, y en ocasiones participan con variables como el número de camisetas vendidas o los derechos del jugador en Brasil o Europa. Además, los clubes han encontrado nuevas fuentes de financiación como amistosos o giras por el extranjero, principalmente por el pujante mercado asiático.
En ocasiones el fichaje ofrece más rendimiento económico que deportivo. Adriano regresó para jugar en el Flamengo, donde anotó 9 goles en 31 partidos, y retornó a Italia dejando muchos patrocinadores al Fla. El que puede volver es Kaká, al Corinthians, tras la retirada de Ronaldo e irse Roberto Carlos.
Fútbol y economía van de la mano en Brasil. Así, David Beckham anunciará suplementos vitalicios y omega 3 en Brasil, Mauro Silva es un empresario constructor de éxito, Fluminense ha cerrado un acuerdo con el grupo médico Unimed y Corithians tiene su propia marca cárnica. El fútbol, en Brasil, ha pasado de deporte rey a negocio. Redondo, por supuesto.
Salarios europeos y las empresas financian más del 50 por ciento
Ronaldinho y Deco son los dos jugadores que más cobran del fútbol brasileño. El del Flamengo aceptó regresar con la condición de mantener su salario del Milán, algo que ha conseguido con la ayuda de varias empresas, que financian el 70 por ciento de su ficha. En el caso de Deco, el porcentaje llega hasta el 50% del salario, de cuatro millones de euros.