El Arsenal se lleva otra perla del Barça

Lo tenía tan claro pese a su edad (16 años), que cuando su agente, Pere Guardiola (el hermano de Pep) le habló de la posibilidad de recalar en el Arsenal, no se lo pensó dos veces. Jon Toral tiene como segundo apellido Harper. Y ahí recala la clave del tema. Hijo de madre inglesa, el prodigio sólo tenía en la cabeza triunfar en las islas y más concretamente en la Premier, un campeonato que conoce al dedillo. Llegó a La Masía con 11 años procedente del UE Barri Santes Creus, un modesto equipo de Reus (Tarragona) y sus evoluciones han sido excepcionales. Zurdo, habilidoso, contundente, con un físico imponente, los que le ven jugar cada semana se atreven a decir que es el gran talento que venía con fuerza asomando como líder de una hornada de futuros cracks. Pese a que la lógica lleve a comparar el caso de Toral con el de Cesc Fábregas (Wenger se lo llevó hace ya ocho temporadas), no es comparable. La obsesión del entrenador francés por captar a futbolistas de La Masía sigue latente y se aprovechó del deseo del futuro jugador de desembarcar en las islas y acabar de formarse en las instalaciones de Saint Albans, donde el equipo capitalino tiene la ciudad deportiva. Allí podría escalar algún que otro escalón para verse pronto en el Emirates, como hicieron Cesc y hace poco otro futbolista catalán, Ignasi Miquel (llegó del Cornellà). La vida le puede sonreír y el Barça, que cobrará 350.000 euros por los derechos de formación, le ha servido de trampolín para recalar en el equipo de sus sueños. Problemas de idioma no tendrá, eso seguro.