Europa League | Dieciseisavos de final | Oporto 0 - Sevilla 1
El Sevilla muere matando
Los andaluces dicen adiós a Europa a pesar de ganar en Do Dragao al Oporto. Los de Manzano tiraron la primera mitad y rozaron la remontada al final. Luis Fabiano fue el autor del único gol.
No pudo ser. El Sevilla se despidió de Europa en Do Dragao a pesar de derrotar al Oporto por cero goles a uno. Los de Manzano, que estaban obligados a salir a tumba abierta para remontar el resultado adverso de la ida, no respondieron a las expectativas durante una primera mitad en la que no existió centro del campo hispalense y en el que el conjunto local pudo abrir el marcador en varias ocasiones. Tras el descanso, el equipo rival ofreció mejor imagen y fue capaz de acortar distancias por medio de Luis Fabiano a veinte minutos del final. La falta de mordiente exhibida en los primeros cuarenta y cinco minutos fue un lastre demasiado pesado para dejar en la cuneta a un rival de entidad ante el que la efectividad se antojaba crucial. Los del Pizjuán no levantarán esta temporada trofeo alguno y sólo les queda la Liga, en la que deberán luchar para lograr volver a competiciones continentales.
El Sevilla, que gozó de la primera ocasión clara del encuentro por medio de Kanouté cuando tan sólo habían transcurrido tres minutos, comenzó mostrándose muy cómodo con el balón y muy incómodo sin él. La agresividad y la velocidad atacante del Oporto hizo que los de Manzano pasaran algunos apuros en defensa en el primer tramo del choque. Con el paso de los minutos era indudable que los hispalenses estaban siendo superados en un partido marcado por el fútbol de contacto en el que los balones divididos eran una batalla ganada por los locales. Así, el Sevilla buscó tener mayor posesión del balón para desmontar la tónica dominante del choque, muy favorable para su rival. Cerca del ecuador de la primera mitad, Belluschi puso a prueba a Javi Varas con un disparo lejano que se perdió cerca del palo izquierdo del meta andaluz.
La presión ejercida por el Oporto no permitía al Sevilla entrar del todo en el partido. El conjunto portugués iba a más revoluciones que los hombres de Manzano, sobre todo en tareas de recuperación. Poco a poco el equipo español fue ganando en autoestima con varias llegadas a las inmediaciones de Helton que le ayudaron a desperezarse y enseñar sus dientes al rival. El pique entre Otamendi y Negredo tuvo como consecuencia un penalti cometido sobre el delantero español a la media hora de juego que se tragó el colegiado Howard Webb. Acto seguido, Falcao protagonizó la mejor ocasión del primer tiempo en un espectacular remate de cabeza que acabó estrellándose en el larguero de Javi Varas. El centro del campo local ganó la partida al visitante durante una primera mitad que acabó de forma inexplicable con empate a cero en el electrónico.
A Manzano no le gustaba lo que veía y comenzó el segundo acto con la entrada de Medel en sustitución de Zokora para dar otro aire a un desentonado centro del campo andaluz. El Sevilla no logró mejorar su imagen y fue el Oporto, por medio de Fucile, el que tuvo la primera oportunidad de marcar tras el descanso. A medida que avanzaba el partido, Do Dragao despertó y el ambiente se convirtió en el aliado perfecto para el que por aquel entonces era el peor enemigo sevillista, el cronómetro. Así, el técnico visitante optó por poner sobre el césped todo la pólvora que le quedaba retirando a Sergio Sánchez para dar entrada a Luis Fabiano. Mientras tanto, el conjunto luso seguía intimidando con ataques fulgurantes que ponían en serios aprietos a Javi Varas y a su zaga.
El Sevilla lo intentaba con todo. Los andaluces se hicieron con la posesión del balón y adelantaron sus líneas en un intento desesperado de romper la igualdad que reflejaba el marcador para soñar con la remontada. Aún así, era el equipo local el que gozaba de las mejores ocasiones en las botas de hombres como Moutinho y Hulk. La desesperación acabó apoderándose de los jugadores sevillistas. Una buena muestra de ello fue la agresión de Perotti sobre Fucile, al que propinó un puñetazo en la boca del estómago sin explicación alguna. A veinte minutos del final, el equipo español logró el gol que acortaba distancias y reabría sus esperanzas de clasificación. Luis Fabiano culminó una buena jugada de equipo batiendo a Helton y enmudeciendo Do Dragao. Dos minutos después, la expulsión de Pereira hacía creer aún más en sus posibilidades a los de Manzano, algo que se encargó de desbaratar Alexis al ver una segunda amarilla igual de justa que innecesaria.
El equipo español lo intentó hasta la extenuación protagonizando llegadas con peligro al área de Helton y exponiéndose una y otra vez a los temidos, vertiginosos y verticales contragolpes de un rival que tuvo en Hulk a su hombre más incisivo en la segunda mitad. Dos intervenciones de verdadero mérito de Javi Varas permitieron al Sevilla tener opciones hasta el último suspiro. Los andaluces se quedaron sin tiempo y acabaron pagando muy caro la pobre imagen ofrecida en la primera mitad. Los del Sánchez Pizjuán se despiden de Europa y ven reducidos sus objetivos a intentar volver a competición continental vía Liga. La Europa League parece factible, la Liga de Campeones queda, de momento, muy lejos.