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Liga BBVA | Barcelona 2 - Athletic 1

Leo da sentido al sufrimiento

Messi decide un gran partido. Villa avanzó al Barça tras fuera de juego de Alves. El árbitro no vio un penalti a Messi. El Barça mantiene su ventaja.

<b>LA POLÉMICA. </b>Javi Martínez hizo penalti a Messi, después de una excepcional jugada del argentino.
LA POLÉMICA. Javi Martínez hizo penalti a Messi, después de una excepcional jugada del argentino.

Tuvo que sacar su mejor versión el Barça para doblegar al Athletic Club de Bilbao en un partido estupendo que acabó decidiendo el mejor jugador del mundo. Hay variables incontrolables al juego, como que el Barça se avance con un gol en posible fuera de juego, que el Athletic empate gracias a su casta innata, que a Messi no le señalen un penalti que parecía de libro y que el Camp Nou tiemble ante el fatalismo telúrico que caracteriza a su parroquia. Pero todas ellas se quedan en anécdota cuando sobre el campo está Leo Messi. Un jugador que venía de dos partidos sin marcar y que tras una primera parte fallona acabó echándose su equipo a la espalda para ganar un partido ante un rival que puso muy caros los tres puntos. Messi, una vez más, dio sentido a lo que es sufrir a lo largo de 90 minutos.

El Barça acudió a su cita contra el Athletic viviendo nuevas sensaciones. Que el Madrid hubiera jugado 24 horas antes y que hubiera recortado la ventaja blaugrana hasta los dos puntos; que los precedentes inmmediatos cuestionaran la manera de hacer del equipo; que Valdés y su lesión crearan una alarma desmesurada entre el mundo culé y que el rival fuera el Athletic. Un viejo conocido ante el que ya se habían enfrentado tres veces y siempre a cara de perro.

Ante todas estas circunstancias, al Barça no le llegaba con su clase para ganar el partido. Le hacía falta algo más. El Athletic Club, como enemigo, es temible en cualquier ocasión. Caparrós es un técnico que dispone de un plantel magnífico dentro de sus limitaciones. Con jugadores como Llorente o como Iraola, que siempre toman la decisión correcta.

Épica.

Por tanto, al Barça no le tocó otra que apelar a la épica y a la mala leche. Al orgullo, que si no herido, andaba tocado últimamente. Tampoco el Athletic le anduvo a la zaga. Los de Caparrós hicieron lo que muy pocos equipos son capaces de hacer en el Camp Nou. Encajaron un gol al minuto tres de partido. Un gol que, además, era enormemente discutible hasta que las imágenes dejaron claro que Alves arrancó su carrera en fuera de juego antes de que Villa rematara a la red reivindicando su estado de gracia.

Cualquier otro conjunto, ante esa adversidad se hubiera venido abajo, pero el Athletic siguió porfiando y Llorente en la primera parte tuvo una magnífica ocasión para empatar el partido. Su remate de cabeza fue desviado por Pinto, quien con esa intervención acalló los murmullos de la grada y se puso de su parte al respetable.

Más allá de la ocasión de Llorente, el Barça se fue al vestuario en el descanso dando la sensación de que habría podido liquidar el partido antes, pero la defensa vasca trabajó a destajo.

Encima, el Athletic aprovechó en la reanudación tres minutos en los que el Barça se fue al limbo para empatar de penalti. Busquets tumbó a Llorente e Iraola aguantó todas las balandronadas de Pinto antes de batirle.

A partir de entonces, con la grada sufriendo de lo lindo, sacó el Barça su mejor versión. Xavi mandó, Alves corrió más si eso es posible, Iniesta dio un recital de pase y Messi hizo lo suyo: marcar.