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Liga Adelante | Valladolid 1 - Betis 0

El Betis sigue en caída libre

Quinta derrota seguida y Mel en problemas. El segundo, a cuatro puntos. Otra vez sin gol, otra vez sin fútbol. Mal Del Cerro, pero no hay excusas.

<b>BAJO PALOS Y SIN FORTUNA. </b>El local Barragán impide que el Betis lograra el empate tras un centro de Isidoro que el meta Jacobo desvió con muchos problemas.
BAJO PALOS Y SIN FORTUNA. El local Barragán impide que el Betis lograra el empate tras un centro de Isidoro que el meta Jacobo desvió con muchos problemas.

Parece mentira, pero es una verdad como un templo. Parece un chiste, pero en realidad es un drama. Parece el Betis, pero no es el Betis. Ese Betis que arrasaba sin fijarse en su rival y que ahora se desangra poco a poco, como más duele, camino de no se sabe dónde. Un equipo que dejó hace tiempo de ser un equipo, que no tiene fuerza, ni fútbol, ni gol. Tampoco suerte. Ayer en Valladolid volvió a hincar las rodillas al primer golpe del rival. Un gol de Javi Guerra tras una dudosa entrada de Nauzet sobre Nacho que deja al Betis muy tocado, a cuatro puntos del tercero, y a Mel por primera vez en situación complicada. Y ahora sí es de verdad. Dijo ayer Gordillo que no sabe lo que puede pasar, pero en el fondo sí lo sabe. Como este Betis siga así, la única persona que se vanagloriará es Luis Oliver y eso es muy malo para Mel y para Gordillo. Pero mucho peor para el Betis.

Se preguntan los béticos cómo es posible este cambio radical en tan poco tiempo, con tanta dureza y especial relevancia. Miran los datos de la segunda vuelta y se echan las manos a la cabeza. Cuatro derrotas en cuatro partidos (cinco con la del Villarreal B), a la inversa de aquel inicio meteórico y de récord, cortado en el Carlos Belmonte. Si vale esta regla de tres, al Betis le tocará ganarle al Albacete y luego perder en Ponferrada... Y volverá a perder muchos partidos más. Así que mejor no jugar a las matemáticas.

Esta vez salió el tridente de inicio y sin Goitia. Estuvo Casto, decente, pero otra vez faltó gol arriba. Sin Beñat, el Betis juega más a lo que salga, y Salva Sevilla no da con la tecla en pases fáciles. Atrás afloran los nervios con más asiduidad y el Dorado actual es el primo lejano del que se lesionó en Getafe. Sin embargo, la primera parte no fue mala, incluso tuvo la opción de adelantarse en el marcador en dos acciones de Salva y Jorge Molina. Pero cuando no se puede, no se puede, y además es imposible.

El Valladolid respondió bien a los sustos béticos. Y mató al Betis de repente, en un momento clave, cerca del descanso. Nauzet le birló un balón a Nacho, que pidió falta, y dio una asistencia franca para que Javi Guerra sumara su gol número 14 esta temporada. Como Rubén Castro, que no huele el gol desde hace más de un mes. Ayer marcó pero otra semana más el colegiado lo anuló por un fuera de juego que no era. Tampoco marcó Emaná, que quiere y no puede, y Jorge Molina no está fino. El tridente está en ayunas. Pero con hambre, o eso parece.

El 1-0 fue un golpe muy duro para el Betis, que volvió de vestuarios casi sin motivación. Y eso sí que es un problema. Mel tocó las teclas pero ninguna salió bien. Sólo Beñat, que entró por el más que fatigado Salva, dio cierto aire a su equipo, pero las jugadas morían arriba, con balonazos sin sentido para Rubén y Pereira. El Valladolid aguantó como pudo y ganó, al fin de cuentas es lo que vale. Y hablando de cuentas, al Betis ya no le salen. Tanto que a Mel, ese héroe para el beticismo que llevó a su equipo a un récord tras otro, está en entredicho y con una final por delante ante el Albacete. Ya dijo Mel que aún queda tiempo para sacarle ocho puntos al tercero, pero a este ritmo esos ocho puntos se los van a sacar al propio Betis.