De Lucas pone a prueba el efecto Antonio Tapia

Los pronósticos indicaban a principio de temporada que el Tenerife estaría luchando por el ascenso directo, mientras que el Celta centraría sus esfuerzos en colarse en el playoff. El tiempo ha puesto a cada uno en su sitio y ha roto todas las predicciones. Los vigueses se encuentran ahora en un puesto privilegiado, viendo como sus rivales directos andan más preocupados de asuntos económicos y con el liderato en el horizonte. Por su parte, los canarios intentan despertarse de la terrible pesadilla que les ha tocado vivir esta temporada.

A pesar de la delicada situación que atraviesan, en la Isla respiran ahora más tranquilos. Parece que a la tercera ha ido la vencida y han conseguido dar con la tecla perfecta para su banquillo. Tras los infructuosos intentos de Arconada y Mandiá, Antonio Tapia sí fue capaz de redirigir una nave que se iba a pique. El técnico andaluz no conoce la derrota desde su llegada a la entidad blanquilla hace mes y medio. Además, el Tenerife ya acumula dos victorias consecutivas, lo que le ha servido para reducir distancias con sus rivales directos y colocarse a un paso de abandonar los puestos de descenso a Segunda División B.

El maestro del pase.

El antídoto del Celta para acabar con el efecto Antonio Tapia tiene nombre y apellidos. Quique de Lucas regresa al once del equipo vigués después de haber cumplido un partido de sanción el pasado fin de semana en Córdoba. Su presencia es fundamental para el cuadro olívico. De hecho, los de Paco Herrera nunca han ganado en los cuatro partidos en los que el mediapunta catalán ha causado baja. El maestro del pase ya acumula catorce asistencias de gol y forma una sociedad letal con David Rodríguez.