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Liga BBVA | Racing

Alí ya ha ilusionado, ahora debe convencer

La música suena muy bien. Un Racing saneado, cada día más poderoso, con un estadio de lujo y la mano del Ayuntamiento y el Gobierno de Cantabria. El nuevo dueño ha sabido decir a cada uno lo que quería oir. Y todos le han creído. Ahora llega la hora de matar al fantasma de Piterman.

Alí ya ha ilusionado, ahora debe convencer

Alí quiere que le quieran. Después de la experiencia sufrida el pasado verano en Blackburn, donde los tabloides ingleses le hicieron arrepentirse una y mil veces del paso que dio, el magnate indio ha llegado a Cantabria sabiendo decir a cada uno la palabra oportuna. Dejando a un lado el absurdo lío en el que le han metido sus escoltas italianos, lo cierto es que los que se han reunido con él han acabado convencidos de dos cosas: a) su buena intención; y b) su seriedad. Hasta ahora Alí Syed no ha pedido nada y sí ha hecho ofertas irrechazables.

Por ejemplo, a los jugadores. Estaban nerviosos por los últimos retrasos y les dijo que en torno al día 20 cobrarán lo de este año y en abril estarán al día con lo que aun esta de la campaña pasada. Le han creído a pie juntillas.

En Hacienda ha negociado no sólo las cantidades vencidas sino toda la deuda (unos 13 millones) y lo ha hecho con tal seriedad que el Paseo de Pereda nº1 están convencidos de cobrar. Ayer estaban ya intercambiando documentos para el pago de los primeros dos millones.

Pagos. Las promesas hechas a las instituciones son a más largo plazo pero tiene a ambas encantadas de haberle conocido. Y también le creen. Lo que más les convence de que no es un parlanchin es que, a día de hoy, ya ha echado mano a la cartera. Entre lo que ha pagado en metálico a Dumviro y a Cantur, más lo avalado por Credit Suisse Alí Syed ya ha puesto en la mesa 4,5 millones de euros. Demasiado para pensar que puede dar una espantada y perderlo todo. Da miedo, eso sí, porque parece demasiado bonito para ser verdad.