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Valencia - Schalke 04 | La contracrónica

Tenía que ser Raúl

El ex delantero del Real Madrid fue el gran protagonista en su regreso a España. Lideró al Schalke, marcó el gol que puede abrirle a los germanos el pase a cuartos y centró todas las miradas en un Mestalla que volvió a vibrar con la Champions.

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Tenía que ser Raúl

Raúl y el Torpedo. No podía ser otro. Por más que Mestalla respetó hasta el minuto 64 al '7' del Schalke (pitada sonora cuando su foto salió por el videomarcador e indiferencia hasta el 64'), como también a la legión de devotos del raulismo que viajaron hasta Valencia, Raúl fue fiel a su cita con el gol y, además de ponerle cuesta arriba la eliminatoria a los de Emery, cumplió con el cometido, amén de otras causas, que le llevó a Gelserkirchen: superar a Torpedo Müller. Ya tiene Raúl su nombre en lo más alto de la tabla de goleadores históricos de la Champions, como antes o después lo tendrá el Guaje Villa en la de La Roja. Fue mentando al asturiano al grito de "illa, illa, illa Villa maravilla" como Mestalla quiso vengarse de Raúl cuando éste celebraba su gol número 70 en Champions. El día del raulismo emergió el guajerismo.

Soldado caza a Villa. Y mira que la noche no pudo comenzar mejor para los blanquinegros. Gran entrada, público entregado a la causa y gol de Roberto Soldado al cuarto de hora. El '9' que con 13 años fichó Del Bosque procedente del Don Bosco envió al fondo de la red la primera ocasión que tuvo. Seis goles lleva Soldado en la actual edición de la Champions, igualando con ello los que celebró precisamente el Guaje en su etapa por Mestalla y a sólo tres de Juan Sánchez, máximo artillero de la historia del Valencia en el torneo de las estrellas.

El peregrinaje. El raulismo está tan vivo como el Valencia en la Champions (si alguno del vestuario piensa lo contrario que no viaje en 20 días a Alemania). Más allá de los 3.000 alemanes que hicieron ayer las delicias de los restauradores valencianos durante todo el día, hubo raulistas por casi todos los rincones de Mestalla (vestidos para la ocasión con el 7 del Schalke) y llegados desde muchos rincones de España, como una tía suya de Medina del Campo y una prima de Barcelona. Fueron ellos, los que viajaron hasta Valencia sólo para ver a Raúl desde Cádiz, Extremadura, Elche, Alcobendas o Madrid, los que en los prolegómenos más se hicieron de notar y los que más pancartas colgaron cuando el Schalke salió a calentar. También los que más felices y contentos hicieron el camino de vuelta a casa. "Raúl, siempre maestro" o "Estés donde estés, Raúl siempre contigo" fueron algunas de las leyendas que pudo leer el '7'. El raulismo dejó patente en Mestalla que está permitido animar a quien cada uno quiera sin discriminación por nacionalidad, religión o sexo.

Espías a doquier. En el palco de Mestalla hubo ojeadores de media Europa, representantes varios, gente de fútbol y algún que otro político que no quiso perderse la cita. Tomaron nota de los que jugaron técnicos del Barcelona, Liverpool, Manchester City, Juventus, Chelsea, Fulham, Atlético, Villarreal, Espanyol y Getafe. Como también Manuel García Quilón, Alberto y Lorenzo Toldrá, José Seguí o Joseba Díaz, entre otros, aunque no estuvo Ginés Carvajal.

¿Y el himno?. Tres años llevaba Mestalla esperando una noche como la de ayer y va y falla la megafonía en ese momento mágico en el que los niños enarbolan la bandera de las estrellas. No sonó el famoso himno de la Champions. Como decía alguno: "Eso es que quieren que lo escuchemos en cuartos". Pues para ello los de Unai deberán llevarle la contraria a Gary Lineker y demostrar que al fútbol juegan once contra once pero últimamente ganan los españoles.