Segunda B | Cádiz
El Cádiz prueba ahora a un guardameta en paro
Prosigue el 'casting' tras la lesión de Dani Miguélez, y junto al australiano Costa ahora se suma la opción de otro portero que está sin trabajo. La situación del Cádiz es tan delicada que no puede fichar jugadores en activo.
Se llama Txabi Pascual. Su último equipo conocido es el Nàstic de Tarragona, donde el año pasado fue el tercer portero junto a Rubén Pérez y Felip, y ahora se encuentra en paro. Como Antonio Moreno, pasó el mes de enero en las sesiones AFE mostrándose como opción para aquellos clubes en dificultades. El Cádiz es uno de ellos, y no sólo porque necesite como el comer un recambio solvente a Álvaro Campos tras la lesión de Dani Miguélez, sino porque su delicada situación económica no le permite recurrir al mercado habitual. El meta bilbaíno, de 29 años, estará a prueba durante esta semana, y de momento parte en igualdad de condiciones con otro portero que está a prueba, el australiano Toni Costa.
Hoy será la primera prueba de fuego para el vasco, que como el recordado Armando también jugó en el Barakaldo de forma regular. Será durante el amistoso que tendrá lugar esta misma tarde, si las condiciones meteorológicas lo permiten, ante el Legia de Varsovia, el equipo donde estuvo a punto de fichar Abraham Paz cuando se fue del Cádiz, y que está de 'stage' en Costa Ballena. Sobre el papel, Txabi Pascual es un portero de cierta experiencia que va bien por alto, pero tendrá que competir duro porque gusta Costa, y éste podría jugar si la RFEF lo autoriza ya que tiene pasaporte italiano y de momento, está agradando bastante en su prueba.
Lo que parece descartado, salvo milagro, es la contratación de alguno de los porteros que se han sondeado. Orlando Quintana, meta del Pontevedra, está en la misma situación que Oinatz Aulestia, del Oviedo, o David Valle, del Badalona. Suárez considera válida cualquiera de esas tres opciones, pero tienen contrato en vigor con sus equipos, que solo les dejarían marchar perdonando su deuda con ellos, y el Cádiz no puede asumir ese coste. Además, nadie quiere venir sólo por cinco meses, y la mayoría pide un año más de contrato, algo delicado sin saber donde se militará el año próximo.