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Liga Adelante | Nàstic 2 - Salamanca 0

Viguera y Powel sacan al Nàstic del descenso

Sale del pozo tras 17 jornadas y condena al Salamanca.

<b>DE PENALTI. </b>Viguera marcó el 1-0 desde los once metros. El portero Bernabé no pudo hacer nada.
DE PENALTI. Viguera marcó el 1-0 desde los once metros. El portero Bernabé no pudo hacer nada.xavi jurio

Oliva pedía, en la previa del partido, un buen resultado que refrendara el crecimiento del equipo. Y al fin llegó (con menos sufrimiento de lo esperado) ante un rival directo como el Salamanca que, con la de ayer, ya acumula diez derrotas consecutivas. Empieza a oler mal y en especial su técnico.

El inicio del partido obedeció al guión: mucho de mirarse a los ojos, acaso por lo que había en juego, y poco fútbol. Hasta que la balanza se fue decantando a favor del Nàstic. No tanto por ocasiones como por juego. El empuje grana encontró su premio en el 28', cuando entre Felipe y Morán escribieron la introducción del primer gol, con la colaboración de Sito, que tocó el balón con la mano. Penalti. Lo transformó Viguera, en su acción más afortunada de un encuentro que no pudo terminar por lesión (y parece que será grave).

A partir de ahí el Nàstic se gustó y no le faltaron ocasiones para ampliar su ventaja. La más clara fue de Bergantiños, quien no se creyó que le pusieran tantas facilidades en el interior del área pequeña. El balón terminó en córner. El telón del primer acto se bajó con 1-0 y con la sensación generalizada de que el encuentro estaba controlado. Nada más lejos de la realidad.

Inexplicablemente, el Nàstic cedió el balón al Salamanca y esa sensación previa de tranquilidad se tornó en nerviosismo. Rubén Pérez volvió a ser providencial resolviendo un entuerto en el área y Kike López cruzó demasiado un balón que lo tenía todo para meterse en la red.

Lo de siempre.

El que perdona lo termina pagando. Y eso mismo le ocurrió al Salamanca que, volcado en busca del empate, dejó solo a Powel. El holandés se pegó una carrera majestuosa y resolvió con la tranquilidad de un crack. Era un 2-0 que sacaba al Nàstic de los infiernos 17 jornadas (cuatro meses) después.

Cano

"No sé ni qué decir. Se van acumulando las derrotas. El vestuario está hundido y hay que levantarlo. ¿Miedo? No conozco esa palabra. Sin merecerlo se perdió y mereciéndolo se perdió".

Oliva

"Ganamos sin hacer tantos méritos como en otros partidos. Marcamos en el momento adecuado. Eran tres puntos que había que amarrar sí o sí. ¿Viguera? Me preocupa. Está destrozado".