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Liga Adelante | Betis 0 - Recreativo 1

Ahora sí, llegó la crisis

Sin chispa, el Betis sufre su tercera derrota seguida

<b>SIN PEGADA. </b>En la foto, Rubén trata de alcanzar un balón entre una maraña de defensas recreativistas. El canario no tuvo suerte.
SIN PEGADA. En la foto, Rubén trata de alcanzar un balón entre una maraña de defensas recreativistas. El canario no tuvo suerte.morenatti

Ordenado y expeditivo (31 faltas), al Recreativo le bastó con provocar el nerviosismo local y aprovechar la primera ocasión que tuvo para llevarse los tres puntos y pegar un respiro en la tabla. Al Betis mientras tanto le agobia, tras perder el liderato ante el Rayo, la posibilidad manifiesta de quedarse hasta fuera del ascenso directo si el Celta le gana hoy al Numancia. Ahora sí, la crisis no es un espejismo ni un temor infundado en Heliópolis. La crisis existe.

La reconocen los propios jugadores verdiblancos aunque Pepe Mel, forma parte de su trabajo, le quite hierro a la situación y mire hacia adelante. Puro optimismo la lectura que hizo el entrenador madrileño nada más confirmarse la tercera derrota consecutiva de su Betis, en casa y ante un Recre que no había ganado este año a domicilio.

Un equipo cansado. Pocas explicaciones se pueden buscar para la minidebacle de un equipo que ha consumado la mejor primera vuelta de la historia en Segunda División, que eliminó a dos Primeras en Copa y que hasta ha derrotado al todopoderoso Barcelona. Tres semanas después, aquello parece del siglo pasado. Quizá precisamente encontremos la razón en esa misma gloria, en la energía que ahí se perdió (concentrada en el mes de enero) y que los béticos no han recuperado todavía. Les falta chispa y les sobra precipitación. Les cuesta llegar arriba con la ligereza del comienzo y cuando llegan no hay aire para rematar en condiciones. Nunca manejan los partidos a su antojo, sobre todo si le consiguen desesperar las patadas y la connivencia de un árbitro infame, otro más, el catalán Miranda Torres. Quizá el Betis de ayer no mereció perder, pero siempre pareció que podría hacerlo. Las sensaciones, que antes siempre se ponían de su parte, se han marchado a otro sitio. Urge encontrarlas y pronto. Naufragaron los de Mel entre las líneas de un rival agazapado, salvo por una volea de Rubén que salvaría el meta Fabricio y un gol (otro) mal anulado a Jorge Molina.

En la tragicomedia del Villamarín el ejecutor no podía ser otro que un hijo propio, Dani. Esperó el Recre 60 minutos, hasta que Rafita superó la segunda línea de presión y centró al segundo palo para que Asen prolongara de cabeza y Dani, a bocajarro, ejecutara en plancha a la red. El trianero saltó de alegría pero luego reculó con los brazos en señal de perdón: era su gente, la del Gol Sur, la que había presenciado en primera fila el gol. Minutos después, el estadio verdiblanco le despediría como lo que es y siempre será, uno de los suyos, en la esperanza de una remontada que nunca llegó. Tres semanas después de fundir al Barcelona y dar la vuelta al Mundo, la gloria se ha engullido al Betis.