Colunga pone rojo al Depor

El Deportivo salió del Coliseum con los dos carrillos colorados. Se los puso el Getafe, y más concretamente Colunga, delantero que reclamaba jugar con otro punta a su lado. No era un berrinche, Míchel le dio el gusto y descubrieron el remedio, la solución que puso fin a la pésima racha de no haber ganado aún en 2011. El Depor no fue tan malo como publicita el marcador, ni mucho menos. Fue víctima de sí mismo, de un error sí y otro también en la columna vertebral. No se puede perder tantos balones en el centro del campo, no se pueden encajar goles por el centro cuando juegas con tres centrales.

Tuvo el Getafe una salida briosa poniéndole cara a Aranzubía. El primer aviso fue un disparo de Casquero desde más de 30 metros. Era el minuto 3. Adrián respondió en el 9 con un remate de cabeza, pero sólo fue una acción intercalada entre el dominio getafense. Robo y contragolpe fue la fórmula empleada por el Geta para atacar. Debería hacerse mirar el Deportivo el porqué de tantas pérdidas de balón en la zona media, grietas que facilitaron las llegadas azulonas, cataratas de peligro que aprovechó Colunga para reivindicarse justo en la semana que había tenido sus más y sus menos con el entrenador, pero que a la postre le dio la razón. Solicitaba Colunga jugar con otro punta a su lado. Míchel le dio el gusto y por primera vez jugó con los dos nueves, situando a Miku a su lado.

A los diez minutos, Colunga mandó su primera andanada, una volea con la izquierda pegadita al poste derecho pero que Aranzubía sacó a córner sacando una afortunadísima mano.

La siguiente señal de vida que envió el Depor fue un meritorio remate de cabeza de Colotto (16'), pero de la alegría al lamento sólo transcurrieron tres minutos. Tras prolongar en largo Miku de cabeza, Colunga inicio una larga galopada, se plantó delante de Aranzubía y marcó cruzándole el balón.

Un minuto antes, el Getafe tuvo que reponerse a la lesión de Miguel Torres, que pidió el cambio tras un pisotón involuntario de Míchel.

En el primer cuarto de hora, Míchel le ganaba la partida a Lotina. Sus dos delanteros podían con los cinco defensas blanquiazules, sobre todo con sus tres centrales (Aythami, Colotto y Zé Castro), que no tuvieron su día más granado. Sólo así se explica que el 2-0 también llegara por el centro, donde Colunga volvió a encontrar una autopista despejada para plantarse delante de Aranzubía, regatearle y marcar con una pincelada de calidad haciendo un picadito con el balón. Tres centrales, y nadie cerrando por el centro. Eso se llama descoordinación.

Era lógico que el Depor notase un cosquilleo en su mandíbula. 2-0 apenas en tres llegadas del Geta. Lotina adelantó las líneas y la defensa se situó a un par de metros del centro del campo. Se desprotegía atrás pero se acomodaba más cerca del área de Ustari. El riesgo dio sus frutos con gol de Lassad en el 33', pero el árbitro lo anuló por fuera de juego. El marsellés estaba milímetros adelantado, típica acción en la que se disculpa al linier porque bien puede entender orsay o no, pero ya se sabe que la norma dice que en caso de duda se ha de beneficiar al atacante. En este caso se le perjudicó.

Haber logrado el 2-1 antes del descanso hubiese metido al Depor en el partido, pero lo que se llevó al vestuario fue el tercero. La puntilla era innecesaria, si bien un cabezazo de Míchel en el 44' pudo haber minimizado el daño. Ustari lo sacó a córner.

Movió ficha Lotina y puso a Riki al frente del ataque junto a Lassad. El Depor se reactivó y en los primeros minutos de la segunda parte gastó dinamita para llenar un barril. A una ocasión de Lassad le siguió un zig-zag de Riki plantándose ante Ustari despejado de rivales, pero le pilló en frío y remató a desgana. La presencia del Depor en área getafense era persistente y un minuto después Riki sacó astillas del poste derecho de Ustari. El Getafe enfrió el choque y Lotina sacó a Xisco (Javito no se vistió). El balear le puso ganas y a él le hicieron el penalti que marcó Riki.