LIGA BBVA | REAL MADRID 4 - REAL SOCIEDAD 1
Kaká y Cristiano devoran a una Real asustada
Buen partido del Madrid, que no encontró ninguna oposición en la Real. Kaká hizo el primero, doblete de Cristiano y Adebayor firmó el cuarto. Arbeloa, en propia puerta, marcó para la Real.
Hacía tiempo que el Real Madrid no disfrutaba de una tarde tan plácida, dedicada al disfrute y que permitiera a sus jugadores exhibir sus habilidades. Porque eso fue el encuentro, un concurso de habilidades entre Kaká, Cristiano y Özil, el inspiradísimo trío que se comió sin ninguna dificultad a una asustada Real Sociedad . Inestimable fue la aportación de Xabi Alonso , que una vez más puso las ideas y marcó el ritmo, de Adebayor, incansable en la presión y que con sus movimientos generó infinidad de espacios, y de Casillas, con intervenciones determinantes. Kaká allanó el camino hacia la victoria, Cristiano lo despejó por completo con un nuevo doblete y Adebayor puso la firma final. El Madrid continúa a siete puntos del Barcelona, pero con una sonrisa, la vida parece menos dura.
El Bernabéu se divirtió y disfrutó de una gran versión de su equipo, que ofreció la imagen más amable del año. Liberado de la angustia que parecía provocarle la Copa, mostró una actitud impecable y buscó el triunfo con una decisión y una determinación que no encontraron respuesta en una timorata Real Sociedad, superada de principio a fin y que fue atropellada sin ningún disimulo y consideración. Tan fácil lo debió ver Mourinho que concedió los últimos diez minutos del choque, incluida la prolongación, a Canales, sustituto del ovacionado Özil, del que el Bernabéu vive enamorado y al que se ha entregado sin ningún disimulo.
La abismal distancia que hubo entre los dos equipos favoreció la puesta en escena de hombres como Kaká, que desde la titularidad se sometió al examen del Bernabéu. Aprobó con nota alta y no sería exagerado decir que quizá completó sus mejores momentos vestido de blanco. Tampoco era difícil embellecer lo hecho hasta ahora. El brasileño entró en el once por Di María y apareció como mediapunta por el centro, con Özil a su derecha y Cristiano a la izquierda. Las rotaciones alcanzaron también a la defensa, donde Garay ocupó el sitio de Albiol, y al ataque, donde Benzema recuperó su sitio en el banquillo y dejó paso a Adebayor. El tiempo nos dirá si este último movimiento es una rotación o una tendencia. No tardaremos en descubrirlo.
El Madrid salió con decisión, metió atrás a la Real y buscó con determinación la portería de Bravo, al que sometió a un asedio constante. La razón de que los daños no fueran mayores hay que buscarla en el Madrid y no en la Real. En el segundo tiempo, y con el trabajo ya hecho, se entretuvo en su propio lucimiento, quiso gustarse en exceso.
Kaká sólo necesitó 30 segundos para avisar de sus intenciones. Fue una arrancada que recordó al Kaká de antes y que le llevó desde el centro del campo hasta la frontal del área, desde donde tiró desviado. La siguiente ocasión no la desperdició. Aprovechó un mal despeje de Elustondo después de un centro de Arbeloa para batir con clase y sutileza a Bravo. En la continuación Casillas arregló un mal despeje con un paradón que recordó, sin tanta espectacularidad, al que hizo contra Perotti la temporada pasada.
Sólo se habían consumido ocho minutos y el Madrid ya caminaba cuesta abajo y la Real sufría cuesta arriba. La Real cometió el error de dejar pensar a Xabi Alonso y hasta Lass se creció. Con Xabi al mando e inspirado es muy complicado que no conecte con sus compañeros si les regalan los espacios como hizo la Real.
Una combinación entre Kaká y Cristiano al borde del área, mientras los defensas rivales miraban, la completó el portugués con un preciso disparo que alejó el balón de los guantes de Bravo y le reconcilió con el gol. Al segundo tanto del Madrid respondió la Real con un remate de Griezmann. Parecía que la Real sólo reaccionaba con cada golpe, con cada gol.
La Real tuvo enormes problemas para alejar el balón de su área, no ya para jugarlo, una misión que se antojó imposible para los hombres de Martín Lasarte. Mucha culpa la tuvo Adebayor, que corrió kilómetros para presionar la salida de la pelota.
Continuó divirtiéndose el Madrid y cuando cometió el pecado de relajarse apareció Casillas para dejar las cosas en su sitio, como en ese disparo de Tamudo poco antes del descanso. Antes, Bravo evitó el tercero, en un tiro de Cristiano después de un pase de Kaká, pero nada pudo hacer para evitar que el portugués firmase un nuevo doblete con un maravilloso cabezazo en un córner sacado por Özil.
Lo que quedaba por delante ya sólo era saber cuál sería el alcance de los daños. Se le acumularon las ocasiones al Madrid y el trabajo defensivo a la Real, que salió más o menos bien parada del trance. Hasta disimuló algo el castigo con un gol de rebote a 20 minutos del final. Casillas volvió a lucirse en un disparo de Tamudo, pero la pelota terminó dentro de la portería después de golpear en Arbeloa.
Antes, Mourinho ya había movido el banquillo. Permitió a Kaká disfrutar de la ovación del Bernabéu al ser reemplazado por Di María a la hora de juego y dio descanso a Carvalho, sustituido por Albiol. Ya cerca del final se produjo la mencionada aparición de Canales y el choque se cerró con el cuarto tanto del Madrid. Lo firmó Adebayor, que recibió el balón de Di María y definió ante Bravo con la precisión de un grande.