El Cartagena fue más efectivo que el Elche

El Cartagena arrancó los tres puntos del Martínez Valero de Elche, donde fue el menos malo en un partido en el que el fútbol brilló por su ausencia y que se decidió por errores puntuales y por la mayor efectividad del equipo visitante, que tuvo en Víctor a su goleador.

Los locales salieron más metidos en el partido, presionando arriba y no dejando salir al Cartagena de su campo, aunque sin excesivo peligro ante la portería visitante, ya que la defensa solventaba sin problemas las incursiones ilicitanas, casi siempre por el centro.

La primera ocasión de gol, sin embargo, fue del Cartagena, aunque Lafuente, que había recuperado un balón en el centro del campo, tras un error de Acciari, se precipitó en el remate y mandó al limbo la oportunidad de adelantar a su equipo.

Cuando ninguno de los dos equipos jugaba a nada, Edu Albacar, en el minuto 35, derribó a Víctor en el área ilicitana. El propio Víctor lanzó con acierto el penalti. Víctor, a los 39 minutos, pudo marcar el segundo gol, pero su lanzamiento de vaselina, desde 25 metros, lo desvío el meta argentino Willy Caballero con la yema de los dedos a córner cuando el balón se colaba en la portería local.

El empate llegó a los 43 minutos. Mantecón culminó, de tiro duro y raso al segundo palo, una jugada que inició Palanca, por la banda derecha con centro atrás, que dejó pasar Santos, para que el centrocampista ilicitano nivelase nuevamente la contienda.

La segunda parte arrancó con los mismos argumentos y propuestas futbolísticas por parte de ambos contendientes, que seguían sin jugar a nada, buscando más aprovecharse del fallo del rival que de sacar provecho a sus nulas ocasiones.

El interés del partido sólo lo mantenía lo incierto del marcador, ya que ni uno ni otro equipo hacía méritos para superar al rival. Edu Albacar tuvo el segundo gol de su equipo en el minuto 76, pero Casilla voló de poste a poste para atajar el balón y, en la siguiente jugada, Víctor, tras un pase de Longás, se inventó un remate a la media vuelta que sorprendió, de vaselina, a un adelantado Willy Caballero.