Liga BBVA | Real Sociedad 2 - Almería 0
Clos, seco bajo la lluvia
El 1-0 llega tras un claro fuera de juego de Tamudo
Quita gloria al incombustible Tamudo el señor Clos Gómez y además le cuesta puntos al Almería, que comparte con el Málaga el farolillo rojo. El colegiado fue el protagonista de un partido que debía ser de nombres propios, de héroes con botas de tacos. Entre el aragonés y la lluvia hundieron a un Almería voluntarioso, pero que no tiene nada que hacer ante la Real en su hábitat. Tarde de lluvia y garra, de pantalón embarrado y pintura en la cara. Lasarte y los cachorros de Zubieta entienden eso a la perfección. Ahí divaga más el Almería, que empezó bien, hambriento, con un tiro al poste de Ulloa y un etcétera de ocasiones. Pero al borde del descanso, Clos Gómez no vio a Tamudo salir de fuera de juego. El catalán sirvió un balón de seda a Ansotegi, que marcó en el psicológico minuto 45.
Pero antes de eso hubo un partido eléctrico, con dos equipos que se han enfrentado ya tantas veces que han perdido la vergüenza. Dos pericos como Crusat y Tamudo avisaron en cinco minutos. Luego, carrusel con Uche, Piatti, Zurutuza... Y, sobre todos, Ulloa, que estrelló un balón en el palo tras un despeje nefasto de Bravo.
Se marchó el Ciclón sin marcar esta vez, después de amargar las tres citas precedentes a la Real. Anunció un marcaje especial sobre el argentino Martín Lasarte. Pero la lluvia hizo más por él que su propia estrategia. Porque el aguacero fue impresionante y convirtió el firme de Anoeta en una piscina.
De la caseta salió la Real con alas y el Almería algo más acomplejado, aturdido todavía por el golpe del gol. Y la fuerte lluvia hizo el resto. El único que no se mojó fue Clos Gómez, que desoyó a Tamudo una y otra vez. El catalán reclamó hasta cuatro penaltis durante el partido. Ninguno fue tan claro como indicaba la vehemencia de Tamudo al exigirlos... Sin embargo, sirvieron para azuzar al húmedo público que pobló ayer Anoeta.
Hay detalles que marcan los partidos. Por acción y por omisión. En un choque en el que hubo muchas faltas, generadas en parte por el mojado contexto del partido, sólo destacaron por su violencia dos acciones. El protagonista fue Ansotegi, que empañó su buen hacer con dos feroces entradas. La primera, sobre Piatti, le costó la amarilla. El argentino le retiró hasta la mano cuando le pidió excusas. La otra llegó casi al final y pudo ser hasta roja directa. Atacó la rodilla de Ulloa sin compasión. Horrible. Clos no le expulsó como no vio el fuera de juego de Tamudo ni los posibles penaltis.
No obstante, era una tarde hecha para Tamudo, el Llorente de guardia. Robó la cartera a Carlos García, que terminó de empujar el balón del 2-0 para desesperación de Alves. En el acta, se lo dan a Tamudo. Ni en eso acertó Clos Gómez.