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Joaquín

"Mi relación con Emery es de un amor reñido"

El gaditano sumará como ché 200 partidos oficiales en Santander. Lleva cinco temporadas en el club y por sus venas corre sangre valencianista. El nuevo capitán analiza y repasa con AS todas sus vivencias desde que llegará en 2006. Muchas curiosidades desconocidas hasta el momento.

Joaquín sumará 200 duelos oficiales
david gonzález

De jugar en Santander sumará 200 partidos oficiales como ché...

Ya me siento más valencianista que bético (se ríe). Espero de corazón que aún me queden muchos más por jugar aquí.

¿Cuántos recuerdos le vienen a la mente?

Muchos, algunos de ellos son buenos y otros malos.

Empecemos por los entrenadores que ha tenido... Emery.

Mi relación con él siempre es de un amor reñido, pero los dos buscamos triunfar. Cada año que pasa nos conocemos más. El roce hace muchas veces el cariño y lo he conocido mejor esta temporada. En las anteriores no me conformaba con jugar poco y tuvimos algunos roces, ya que si tenía que chocar con él para jugar pues lo hacía. Siempre decía que me quería enfadado porque dice que así sacó todo el fútbol que llevo dentro.

¿Recuerda algún affaire?

Ante el Stabaek se me cruzaron los cables cuando vi que no jugaba, me enfadé mucho, era suplente y cuando salí me gritó haciéndome aspamientos con los brazos. Y marqué al minuto de salir y me fui hacia él. Silva y Zigic me pararon, pero no calculé que era un pabellón cerrado y que había eco, se escuchó todo. Lo que le dije no fue con la boca pequeña (se ríe).

¿Que le enseñó Quique?

A correr hacia atrás y me mostró otro fútbol. Me hizo crecer porque venía del Betis y allí no defendía. Me puse el mono de trabajo y le hice caso porque podía haber venido agrandado al ser el fichaje más caro de la historia, pensar que era el crack del equipo y sin embargo lo asimilé y fui uno más. Siempre he intentado aprender. Quique me encantaba como planificaba los partidos, como entrenábamos y su idea de su fútbol es la mía.

¿Koeman?

Es la otra cara de la moneda, éste me enseñó a correr pero hacia fuera del campo. No me sentía cómodo con él, hacía las cosas para hacerme daño y eso lo notaba todo el mundo.

¿Con él vivió su peor momento con el Valencia?

Sí la final de Copa en 2008. Había jugado todos los partidos del torneo, era el máximo goleador del equipo en una competición que era la mía porque en Liga no me ponía y Koeman me privó de mi final. Además, me tuvo calentando 70 minutos en la banda. Me dolió más por las malas formas que tuvo que por no haber jugado. Recuerdo la entrada a la cena tanto de Vicente como mía y estábamos amargados, pero lo que le tenía que decir se lo dije a la cara. Tengo una segunda Copa en mi palmarés porque soy jugador del Valencia, pero sinceramente no la siento como mía porque Koeman no me hizo sentir partícipe de ese título a pesar de hacer cinco goles en las rondas anteriores.

Y Voro...

No lo pude tratar como a mi entrenador porque mi relación con él es especial. No he conocido mejor tipo que él y tiene un corazón que no le cabe en el pecho. El equipo cambió, lo ganamos casi todo y hay que decir bien alto que no bajamos a Segunda gracias a Voro. Fue muy gracioso cuando se presentó en el vestuario con las piernas peludas, no se había depilado en 14 años, y con los pantalones por el pecho y dijo: "Bueno, han abierto la puerta y de una patada me han metido aquí". Nos reímos mucho con él y ese fue su secreto, nos liberó mentalmente tras unos meses oscuros.

¿Cuál es su mejor recuerdo de estos cinco años?

La Champions de Quique. Eramos un equipo fuerte, pero nos tocaron rivales complicadísimos. Eliminamos al campeón de Italia (Inter) y el campeón inglés, el mejor Chelsea de la historia, nos ganó tras 180'. Fue una pasada, disfruté mucho. Pero me gustaría que el mejor estuviera por venir, ya que este año estamos en octavos de la Champions y será bonito pelear con los más grandes. Es un torneo que me da un plus, me tiene enamorado.

¿Qué espera del Schalke?

Un equipo muy competitivo y, con todo el respeto del mundo, creo que asequible. Estamos convencidos de que se puede pasar, pero deberemos pelear. Sabemos a lo que jugamos y defensivamente tenemos que mostrarnos fuertes.

¿Qué es lo que más admira del Valencia?

Pues lo camaleónico que es ante las adversidades. Es muy complicado levantarse tan rápido como lo ha hecho el Valencia en estos años. Esta entidad se ha sobre puesto a la caída al abismo con Koeman, a la venta de futbolistas importantes, a una crisis económica brutal generada por años de abundancia y lo hace apoyado todo en una masa social importante.

¿Y de esta temporada?

Pues ahora somos un equipo en mayúsculas. No hay nombres como antes y somos un grupo más fuerte. Aquí todo el mundo trabaja muy bien tanto desde las oficinas como en el campo y eso se nota cuando estás en los objetivos que te has planteado.

¿Tiene algún 'pero' que le haría ilusión corregir?

Me falta ambición de cara a gol. En el Betis alcancé 10 goles y esa meta que me pongo aquí. Mi padre y mi mujer me dicen que sea más egoísta cuando esté cerca de la portería, que piense más en mí, pero es que me gusta dar ese último pase y disfruto dando goles. Ahora juego más por dentro y eso me beneficia para marcar. Me he jugado una comida con Masach que este año supero esa cifra de goles con el Valencia.

¿Cuál ha sido su mejor gol?

El de Getafe. Lo recordaré siempre, me cayó un balón del cielo, sin pensármelo cogí una volea desde fuera del área que entró ajustada al poste. Villa en la celebración me dio tres arañazos y se tiró todo el equipo encima de mí. Ese gol estuvo colgado mucho tiempo en la salida del vestuario porque se veía una gran unión. Me llevé el cuadro y lo tengo en casa.

Sus compañeros lo catalogan como el alma del vestuario...

El poder compartir entrenamientos y momentos de la vida con el Guaje, Helguera, Albelda, Vicente, Silva, Alexis... es lo más grande que a uno le queda cuando termine todo esto. Nos gusta bromear. He congeniado con Bruno, he hecho una gran amistad de corazón.

¿Sigue mirando al Madrid como el rival a batir?

A ver sé que tenemos al Villarreal en el tercer puesto y que es el puesto que queremos ocupar, pero soy ambicioso y miro al Madrid. Pueden pensar que me he vuelto loco pero es que quedan muchos puntos y no les veo con las ideas claras. No es un Barcelona que juega a otra cosa, yo no había visto nunca nada similar a lo que ofrece ese equipo. A veces hasta aburre.

¿Qué espera de su futuro?

Voy a cumplir íntegramente mi contrato y ojalá el club me plantee poder seguir. Sé perfectamente que hasta el año que viene no hablaremos y soy consciente de las dificultades económicas que tiene la entidad. Sólo quiero disfrutar de mi mejor momento como futbolista.