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Real Madrid | El perfil

El togolés de gran zancada

Su habilidad en los espacios cortos recuerda a la del mejor Kanu.

El togolés de gran zancada

Jean Fernandez le entrenó en el Metz (2002-2003), y comentaba en aquella época que era más un cuerpo que un futbolista, un tipo de piernas interminables aún por pulir. Lo haría Wenger más tarde, en un ejemplo más de su forma de descubrir el talento. Pero antes de llegar al Arsenal, Adebayor ya tuvo un importante aprendizaje en el fútbol francés.

El Metz le descubrió con 15 años en un torneo internacional de jóvenes en Goteborg y no lo dudó. Dejó Togo, se fue a Francia y con 18 años ya había firmado su primer contrato. Le costó, vivió un descenso con el Metz, explotó en Segunda y fue artífice del ascenso con Fernandez. Poco a poco empezaba a pulir defectos, a coordinar más sus movimientos, a manejar mejor esa zancada. Y a mostrar su regate en corto, una habilidad con la pelota en espacios mínimos que, por momentos, recuerda a la del gran Kanu. En eso es un espectáculo. En otras cosas sí causa problemas: sus incidentes, su personalidad. Su enfrentamiento con el seleccionador togolés Stephen Keshi antes de una Copa de África en 2006. Primero insultos, luego casi llegan a las manos. Le costó el aislamiento por parte de sus compañeros. Y la pelea con Kolo Touré el 5 de enero en el Manchester City.

La Premier.

Después del enfrentamiento con Keshi ya no regresó a Francia. Vuelo directo a Londres para encontrarse con el Arsenal y Wenger. Atrás quedaban el Metz y aquel sorprendente Mónaco en el que jugó junto a Morientes. Rechazó una oferta del Marsella y llegó a Londres simplemente porque "Wenger creía en mí", como declaró en su día a France Football. La marcha de Henry al Barça le acabó liberando, y firmó una excelente temporada 2007-2008: 24 goles, los mismos que Torres en el Liverpool y a siete del inalcanzable Cristiano del Manchester United. Una temporada en la que Adebayor mostró todo su repertorio, su zancada, su despliegue en carrera con espacios, su calidad con la pelota, sus regates en un ladrillo. Adebayor fue Kanu en estado puro, una comparación que le perseguirá siempre. Con goles en partidos clave como los dos en la eliminatoria de cuartos de la Champions ante el Liverpool y con el título de mejor futbolista africano del año como consecuencia.

Su golazo la temporada siguiente, también en Champions, ante el Villarreal no sólo demostró una vez más su talento sino que significó su último gran destello en el Arsenal antes de firmar por el City en julio de 2009. En los Citizens ha ido de más a menos, tuvo algún altercado con los hinchas del Arsenal pero hizo 14 goles la temporada pasada. En esta no contaba para Mancini. No es nueve puro y sí un futbolista con mucha movilidad, hábil y capaz de explotar los pocos espacios que dejan equipos muy encerrados. Su rendimiento es una incógnita a sus 26 años.