Liga Adelante | Nàstic 0 - Ponferradina 0
Mackay corta el despegue de un Nàstic sin rematador
Jugaron 45 minutos con un hombre más y perdonaron
La Ponferradina jugó amaniatada en su propio campo y con un futbolista menos toda la segunda parte, pero el Nàstic fue incapaz de hacerle un gol. Esa es la realidad de un partido soso para el espectador, que además de soportar el inmenso frío que se calaba hasta lo más hondo del cuerpo tuvo que tragarse una partida de ajedrez de 51 minutos en la que Oliva y Barragán movían piezas con sentido, uno para empatar y otro para ganar, pero que las tablas esta vez otorgaron un vencedor: el técnico de la Ponferradina. Porque jugar desde el minuto 39 de la primera parte con un hombre menos y delante de un Nàstic que mejora, domina y se siente seguro, es un premio incalculable para el conjunto leonés.
El Nàstic hizo lo que debía después de una primera parte en la que estuvo perdido. Hasta la expulsión, la presión visitante ahogó el juego trenzado y entre líneas que intenta promover Oliva y sólo los destellos de Viguera y Rubén Navarro les rescataban de la vulgaridad. El propio Rubén falló dos voleas y Álex Cruz, un mano a mano ante Mackay cuando la gente ya cantaba gol. La Deportiva, acompañada por un grupo de aficionados que les animaban desde la grada, sólo inquietó a Rubén a balón parado.
Pero Luis Prieto, el árbitro Pérez Montero y todo el equipo del Nàstic cambiaron el guión. El mediocentro cometió una falta clara sobre Morán, que cortaba un contraataque. El árbitro no iba a sacarle amarilla porque sabía que le tendría que expulsar. En ese instante, y en un abrir y cerrar de ojos, se encontró rodeado por los jugadores grana que le reclamaron la roja. Pérez Montero rectificó y lo echó, cambiando el decorado del partido.
Oliva movió el banquillo. Quitó a los dos cerebros para meter un delantero y a Bergantiños, que se hizo con el control de la zona ancha. El Nàstic movió el balón y llegó rápido a las bandas, pero ninguno de los innumerables centros encontró rematador. Viguera estrelló un remate al larguero y Mackay le sacó un remate a Powel a bocajarro, cuando ya la grada cantaba gol. El tiempo pasaba y la Ponferradina estaba cada vez más aculada. Pero al Nàstic le falta un rematador.
El equipo de Barragán, en un descuido local, tuvo una clara ocasión de Cristian, que Rubén envió a córner. En los últimos minutos, el colegiado expulsó Fuster para compensar y eso echó al traste el plan del Nàstic. Ambos equipos continúan en la zona descenso.
Oliva: "Jugando así nos salvamos"
"El equipo leyó muy bien el partido e hizo un gran esfuerzo para ganar. Las estadísticas dicen que nos cuesta marcar y a eso hay que añadirle que ellos estuvieron muy ordenados en todo momento. En la primera parte no estuvimos cómodos y luego creamos cuatro o cinco ocasiones claras de gol. No hubo suerte. Jugando así nos salvaremos. Hubiéramos firmado 20 puntos ahora".
Claudio: "Un empate de fortuna"
"Tuvimos fortuna porque ellos crearon más ocasiones. La expulsión condicionó el partido y nos obligó a aguantar atrás, pues el Nàstic sacó todo su potencial ofensivo. El equipo trabajó muy bien y estuvimos muy ordenados. Nos faltó precisión en los pases y de ahí llegaron sus ocasiones más claras. El esfuerzo es fabuloso y el punto es bueno. El Nàstic tiene equipo y saldrá de abajo".