NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Liga Adelante | Villarreal B 1 - Betis 0

Anti-Betis en Villarreal

Tercera derrota verdiblanca y no marcó por primera vez en Liga. Cansado, sin agresividad ni pegada. Rayo y Celta ganaron y se ponen a sólo tres puntos

<b>AGOBIO AL GOLEADOR. </b>Tres defensas del Villarreal presionan a Jorge Molina mientras éste intenta controlar un balón. El alcoyano no tuvo su noche.
AGOBIO AL GOLEADOR. Tres defensas del Villarreal presionan a Jorge Molina mientras éste intenta controlar un balón. El alcoyano no tuvo su noche.

Jornada nefasta para los intereses del Betis, empezando por su propia derrota y terminando por las victorias (en lugares hostiles, además) del Rayo y el Celta, que acaban la primera vuelta a solo un tiro, apenas tres puntos de los verdiblancos. Malo, sobre todo en esta nueva Segunda División donde sólo dos suben directamente y el tercero se ve abocado a lo mismo que el sexto, una lotería de playoffs en la que se prevén intervengan muchas más cosas que la regularidad y el buen fútbol.

Lleva en los genes el Betis derrotar al mejor equipo del mundo en olor de multitudes y, apenas tres días después, caer derrotado en uno de los escenarios más minimalistas de la categoría, la pequeñita Ciudad Deportiva amarilla, ante un grupo de chavales animosos que poco se parecen a los del Villarreal A en calidad y gusto por tener la pelota. Les bastó a Xavi Gracia y sus chicos con marcar pronto y acularse en tablas para sacar los tres puntos ante un equipo que, por primera vez esta campaña, no marcó además algún gol en su partido de Liga.

Muchos más factores, además que recibir un tanto a los tres minutos, tienen que intervenir para que el equipo de Mel no se parezca en casi nada al que venía resolviendo sus partidos con más o menos buen juego, pero siempre con una gran competitividad y sobre todo, con pegada. Fue un Anti-Betis, algo repleto de los defectos que han venido siendo virtudes todo el año. Cierto que a los verdiblancos les faltaron ayer cuatro de sus hombres supertitulares (Dorado, Emaná, Nacho sancionado e Iriney, baja de última hora), pero hasta a las ausencias ha resistido este equipo de Mel en encuentros como el del pasado miércoles ante el Barcelona. Tal vez la mejor razón para la poca agresividad sea la falta a última hora del mediocentro brasileño, el que más muerde y el que toca a rebato en la presión, pero es que ni Arzu ni Beñat ni los tres de arriba apretaron como debían. En el caso del nazareno, se trata de una vuelta a las andadas.

Mal Vega.

Con todo, la raíz de la derrota hay que encontrarla en otro futbolista acostumbrado a que la grada bética le pita, puede que con mucha razón. No había roto a sudar ningún futbolista cuando un balón a la espalda de Fernando Vega se convirtió en drama. Penalti o seudopenalti, porque pareció más de lo que fue, del arahalense y 1-0 a la buchaca local (Falqué, 3'). El Betis se veía condenado a remar río arriba en el peor momento, tras este mes de enero frenético con siete partidos y varias machadas, como eliminar al Getafe o ganar al Barça. ¿Habría gasolina?, se preguntaban los béticos.

Y no, no la hubo. Pero tampoco hubo disposición. Con las piernas cargadas por la paliza del otro día, a Molina le faltó un último aliento para llegar antes a un mano a mano y a algún otro buen servicio de Salva, y también para cabecear entre los tres palos el mejor balón de gol que tuvo el Betis en toda la primera parte. Rubén, que también andaba tocado, se movía menos que de costumbre y se acostumbró a vivir en fuera de juego mientras el Villarreal sacaba contras como puñales. De haber estado acertados los animosos Bordás y Hernán, los amarillos podrían haber ampliado su ventaja en el primer tiempo.

Roqué, bien al corte y peligroso a balón parado, se lesionó y Pereira, sustituto de Beñat, no tiene reprís todavía para convertirse en un revulsivo. Así las cosas, con el Villarreal aún más replegado, con Insa, Gullón, Kiko y Truyols destruyendo todo lo que se encontraban, el Betis que vino del vestuario apenas inquietaba y el partido se marchó entre entradas duras, pérdidas de tiempo y algún otro error de un árbitro que ya echó sin justicia a Emaná en Las Palmas y que ayer, además de conceder el discutible penalti, le anuló a Molina un gol legal. Lesma López se llama y, aunque nefasto, no tiene la culpa de la derrota del Betis, tercera en lo que va de Liga y que complica un poco (sólo un poco más) el reto del ascenso. Nadie dijo que fuera fácil. Y menos Pepe Mel.

El detalle: hubo unos 500 béticos enlas gradas

Como suele ocurrir en casi todos sus viajes, el Betis se vio muy bien acompañado en la grada de Villarreal por unos 500 aficionados que animaron al equipo en todo momento. Lástima que se marcharan con derrota, pues muchos de ellos procedían de peñas de Cataluña y habían hecho un largo viaje.