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Copa del Rey | Betis 3 - Barcelona 1

Gran gesta romántica del Betis

El equipo de Pepe Mel borra del campo a un Barça en el que fracasan los no habituales

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<b>GOLPEÓ PRONTO. </b>Molina, que marcó dos goles en los primeros siete minutos, corre con el balón bajo el brazo para que saquen pronto de centro ante un sorprendido Pinto.  Creían en la remontada.
GOLPEÓ PRONTO. Molina, que marcó dos goles en los primeros siete minutos, corre con el balón bajo el brazo para que saquen pronto de centro ante un sorprendido Pinto. Creían en la remontada.as

Si el fútbol fuera justo, esta tarde el Betis sería equipo de Primera División. Por decreto. Por haber hecho lo que no han sabido hacer el 99 por ciento de los equipos de Primera, por creer en un sueño imposible, por tener la afición que tiene, por la calidad de sus jugadores y por jugar como juega. Y porque pocos equipos pueden ganar al Barça por 3-1.

Y dicho esto, el Barça es un justo semifinalista de la Copa del Rey, porque en el cómputo de los dos partidos, la aritmética no miente. Y en eso, el Barça gana. Pero la fe mueve montañas y ayer el Betis creyó más que nadie.

Y siguiendo con las conclusiones, hechos los elogios del bando verdiblanco, hay que hablar muy seriamente de lo que tiene el Barcelona en la recámara. Que es muy pobre. Y que se escuda en la excelencia del mejor equipo del mundo. Los suplentes del Barça demostraron que Guardiola tiene un problema. Porque excepción hecha de Afellay, que fue el único que dio la sensación de salir a ganarse las habichuelas, el resto demostraron estar muy lejos del rendimiento que ofrecen los titulares.

Suspensos. Mientras Mel tiene una orla que enmarcar en el vestuario en la que Molina, Iriney, Ezequiel, Casto y compañía tienen ganada una matrícula de honor, en el Barça, hay muchos padres de futbolistas que, metafóricamente, por supuesto, tienen pendiente una reunión con el tutor Pep Guardiola.

Pinto, Bojan, Adriano, Milito y Mascherano, como mínimo, no progresan adecuadamente. El partido se le fue de las manos desde el principio. A los siete minutos perdía por 2-0. Sólo un ataque de calidad de Messi lo equilibró, pero un nuevo despiste antes del descanso lo complicó. Encima, Messi fallo un penal en la segunda parte. Partido para olvidar. Para recordar. Según se mire.