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Copa del Rey | Atlético - Real Madrid

Pasión en el Calderón

El Madrid defiende un 3-1 y el Atlético necesita una hazaña

Pasión en el Calderón

Para empezar, una pancarta en el entrenamiento del Atlético. Un cartel que respeta las tildes y por ahí se le podría seguir la pista: gente cultivada, mediana edad o incluso más allá, atléticos de abolengo, por tanto. Personas ilustradas y curtidas que creen en la remontada. Una señal de optimismo.

A 26 km de ese lugar, en Valdebebas, una conferencia de prensa de elevada intensidad sísmica en la escala de Mou. Reproches, dardos, indirectas y otro material arrojadizo. Mourinho termina su intervención diciendo que se quiere marchar. Y se marcha.

Suena raro y sonará peor. Poco tiempo después nuestro compañero Manu Sainz descubre que el entrenador del Real Madrid está deslizando que dejará el Madrid en junio por discrepancias con el club. Conmoción en la red y encuesta reveladora en AS.COM: el 76% de los participantes, hemos de pensar que madridistas, comprende las razones del técnico. Votaban más de 9.000 internautas al cierre de esta edición.

Sin tiempo para digerir la noticia, Quique Sánchez Flores, desde la sala de prensa de Majadahonda, evita repudiar los gritos contra Mourinho y se alinea junto a su afición. Casi simultáneamente, la Federación pide disculpas al Madrid por su burla a Mourinho y, en un gesto de hermosa solidaridad, responsabiliza a una becaria.

Por la tarde, Xabi recibe el Tambor de Oro en San Sebastián (viaje sin los obstáculos que se plantearon en el Premio Príncipe de Asturias) y Paulo Futre asegura en Efe que a la semana de llegar a España ya odiaba al Real Madrid. Todo esto, ampliamente desarrollado en las páginas siguientes, sirve para abrir boca.

Distracción. La agitación de las vísperas nos pone en situación el derbi copero. El Madrid parte con una notable ventaja de talento y de marcador (3-1), pero anda visiblemente distraído. La principal duda es si la distracción es tanta como para traducirla en un 2-0. Difícil saberlo. Como resulta complicado adivinar la alineación, aunque no parece descabellado apostar por Gago y Benzema como novedades en el once. El argentino para completar las rotaciones y el francés para no declarar la guerra civil; para retrasarla tal vez.

El regreso de Carvalho al centro de la defensa y la duda de Özil o Granero en la mediapunta dibujan un panorama que no concede tregua a Di María, que cualquier día abandonará el césped con mascarilla oxígeno.

El Atlético, entretanto, trata de interiorizar la pancarta del entrenamiento. Y en esas debía estar cuando el arreón del Betis al Barcelona (2-0 a los seis minutos) le mostró un camino. La pasión llega a donde no alcanza el talento. Otra cosa es sostenerse después. Otra historia es impedir el gol de un rival que, como el Madrid, sólo ha dejado de marcar en sus visitas a Mallorca, Levante, Murcia y Camp Nou.

La incógnita de los rojiblancos se centra en la titularidad de Tiago o Fran Mérida, cansado el portugués y emergente el catalán. Lo demás son habas contadas, un gran portero (De Gea), dos notables extremos (Juanfran y Reyes) y un delantero, Forlán, que es letal cuando se siente en forma física y espiritual, coincidencia que no termina de producirse últimamente.

Repasados los contendientes y los protagonistas, llega el turno del Vicente Calderón. Después de 19 derbis sin victorias, la afición del Atlético siente que a la vigésima tiene que ir la vencida. Y debe ser allí. El primer objetivo será aprovechar la embestida inicial para marcar un gol y luego ya se verá como sale el sol. O la luna.

Lío. Sobre los cánticos contra Mourinho, mejor no hablar, aunque se intuye lío. No hay como censurar un comportamiento para animar a quienes se inspiran en las prohibiciones. En este sentido, será interesante comprobar cómo se maneja el árbitro después de los últimos acontecimientos. Sobre él recae otro de los focos, una vez que la Federación (vía becaria) se ha declarado parte interesada. Muchos actores para un solo balón.