Liga BBVA | Levante 0 - Valencia 1
Abonados a Mata y al fuera de juego
El Valencia fue mejor pero su gol fue ilegal. El Levante no tuvo llegada, sólo voluntad. Mata erró un penalti que no era. Mala segunda parte granota
El Valencia necesitaba ganar como fuera. Sus integrantes habrían firmado cualquier tipo de victoria y circunstancia que les hiciera sumar tres puntos balsámicos así que, misión cumplida. La ayuda arbitral, el mal juego, el gol ilegal... todo se da por bueno porque la clasificación dicta que ahora se está tres puntos más cerca del tercero y que el global de las tres últimas jornadas, esto es indiscutible, es de nueve puntos sumados de nueve posibles. Ahora bien, los que aspiren a algo más que busquen en otro sitio porque este Valencia va con el gancho, jugando a cualquier cosa y aferrado a errores arbitrales que le han permitido sumar las dos últimas victorias en fuera de juego. Y esto también es indiscutible.
Están los chés haciendo equilibrios para reponerse del meneo de El Madrigal y no perder comba en la pelea por la Champions y la duda es saber si terminarán enderezándose y yendo a mejor o acabarán por caerse del alambre. Jugando como ayer, lo normal es lo segundo pero esto cambia cada semana y la mejor manera de crecer es a base de victorias. El Valencia las está logrando y eso debe servir para sentar las bases de algo más, para no vencer con tanto sufrimiento, para hacerlo merecidamente y sin ayuda arbitral y, sobre todo, para plasmar con fútbol la abismal diferencia que debe haber, por ejemplo, cuando se mide a un equipo tan básico como el Levante, que no tiene recursos para más. Se supone que los de Unai sí los tienen y deberían mostrarlos.
En el otro bando las noticias no fueron mucho mejores. Los granotas habían logrado una dinámica en casa de buen juego y muchas llegadas, dentro de sus posibilidades. Así, dependían del acierto para sumar o no hacerlo, pero anoche rebajaron su versión y apenas crearon peligro. Les faltó llegada, al menos copiar lo que tenían delante y saber lanzar balonazos a sus dos puntas en busca de un rebote salvador o una segunda jugada milagrosa. No hubo lugar y eso sí fue mérito del buen trabajo defensivo ché, que fue capaz de anular a la delantera más pobre de Primera. Enhorabuena.
Con temor.
De inicio se vio que el Valencia le tenía mucho respeto, incluso miedo en los primeros compases, a la salida del Levante. No arriesgó nada, fortaleció su medular y los laterales no subían salvo que la autopista fuera de obligatorio paso. El derbi se redujo a un baile de bastones en las áreas, sobre todo en la azulgrana donde Ballesteros, Robusté y Aduriz se dieron golpes de todos los colores. Clos Gómez miraba para otro lado y, en ésas, pitó penalti por un choque de Maduro que no tenía empaque de pena máxima. Dio igual, porque al Levante es muy fácil pitarle en contra pero Mata, que es muy buen chaval, erró su lanzamiento, aunque no desaprovecharía un segundo regalo. Es buen chaval, pero no es tonto.
Los visitantes se empequeñecieron para reducir el duelo al terreno del Levante: pelea, golpes, pulmón y corazón. Eso le valió a los valencianistas que en la segunda mitad pasaron a dominar por completo. Fueron mejores, rondaron el gol y hasta Mata estrelló una falta en el larguero... pero Reina seguía virgen pese a que los suyos defendían mal y atacaban peor. El Levante no supo soltar ni una contra que hiciera retroceder a los chés, no le funcionó la estrategia y, pese a la entrada de Stuani, no ganó nada de presencia en el área de Guaita, que vivía tranquilo.
El final del derbi se acercaba, los de Luis García daban por bueno el punto y los de Unai no, pero no sabían como meterle mano al fortín granota. Y volvió a aparecer Clos Gómez y su asistente para legitimar una carrera de Mata, que arrancó en fuera de juego, que terminó en el 0-1. El derbi murió ahí. Victoria sí, pero de qué manera.
falló tras 18 penaltis con gol
El Valencia erró un lanzamiento de pena máxima después de 18 consecutivos anotándolos desde la 06-07. En este caso fue Mata el elegido para lanzarlo, cuando en ocasiones anteriores había sido Soldado, y lo tiró alto. El último errado fue de Villa en Zaragoza ante César.