La Copa recupera todo el esplendor de antaño

La Copa ha recuperado en la actual edición el espíritu añejo y emocionante que mantuvo oculto estos últimos años. Los cuartos de final se presentan más interesantes que nunca -con seis campeones entre sus ocho supervivientes- e igual de espectaculares asoman a lo lejos las semifinales y, sobre todo, la gran final del 20 de abril, en la que Madrid y Barça podrían verse las caras por primera vez en 21 años. La FEF y los aficionados se frotan las manos pensando en tal posibilidad.

La presencia de los dos grandes de nuestro fútbol perfuma un cuadro en el que también se mantienen con vida Atlético, Villarreal o Sevilla, meritorios de lujo en el panorama español actual, además de históricos como Betis o Deportivo. Tanto unos como otros han tenido que desenfundar sus más afilados floretes para superar la anterior criba. Lo hicieron dejando sobre la alfombra un reguero de goles y buenas actuaciones que ya no se recordaban en este torneo.

Registro récord.

De hecho, hacía 48 años que no se registraban tantos goles (59) en unos octavos como esta vez. Mallorca y Almería reunieron 14 entre ida y vuelta. Sevilla y Málaga, 11. Y Madrid y Levante, 10. Un festival al que se sumaron el resto de enfrentamientos, no tan goleadores pero sí tensos y abiertos hasta el aliento final, como el Athletic -Barça que se mantuvo al rojo vivo gracias a la bravura que siempre depara San Mamés. Las cuestiones de este florecer de la Copa son varios y diversos. Para empezar, la fortaleza de Madrid y Barça en la Liga hace que la mayoría de conjuntos renuncie al torneo de la regularidad y apueste más por el del KO. Ya no es un ejército de suplentes el que puebla las alineaciones. Más bien todo lo contrario.

Esto se ha ido contagiando hasta llegar a los grandes, que se ven más exigidos que nunca. Mourinho, por ejemplo, sacó nueve titulares en el contundente 8-0 de la ida ante el Levante, mientras que Guardiola puso a ocho en Bilbao. Además, conocer el cuadro en su totalidad aporta un mayor interés para las entidades que ven factible prosperar a través de él. La Copa se reencuentra. La verdadera Copa. Y lo hace con goles y emociones olvidadas.