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Copa del Rey | Athletic 1 - Barcelona 1

El Barça pasa con lo mínimo

El Athletic le puso en serios aprietos y cayó por el doble valor del gol marcado por Abidal.

Jose L. Artetxe
<b>LA OCASIÓN DE LA REMONTADA. </b>A falta de cuatro minutos para el final, el Athletic estuvo a punto de lograr el 2-1 con este remate de cabeza de Javi Martínez. Luego la jugada se anuló por falta a Pinto.
LA OCASIÓN DE LA REMONTADA. A falta de cuatro minutos para el final, el Athletic estuvo a punto de lograr el 2-1 con este remate de cabeza de Javi Martínez. Luego la jugada se anuló por falta a Pinto.gaizka bilbao y juan flor

El Barça accedió a cuartos de la Copa merced a un único gol al cabo de 180 minutos, gol cuyo virtud fundamental radicó en que lo marcó anoche en San Mamés, donde sin embargo, tal y como sucedió en terreno culé, tampoco fue capaz de imponerse al Athletic, que asimismo anotó el suyo. El de Llorente no consuela, pero sí hace justicia al rendimiento alcanzado por su equipo en un cruce con pronóstico abrumador.

El empate a uno refleja el mérito del perdedor, que fue capaz de impedir que el Barça se explayase como acostumbra y tuviese que pelear a muerte hasta el último segundo.

Villa la tuvo enseguida, recién iniciado el monólogo azulgrana, pero cabeceó horrible y ello dio pie a que el Athletic fuese hallándose a gusto en su propuesta de repliegue masivo y empezase a ganar algún metro para presionar. La aplicación rojiblanca, el mal estado del terreno y la excesiva dependencia de Xavi, restaron valor al control del Barça.

Precauciones y premiosidad hasta el descanso. La ausencia de gol, que se agregaba a la del Camp Nou, parecía reforzar las opciones del Athletic, al fin y al cabo esa suerte se asocia mejor al Barça, que seguía sin ser del todo reconocible.

Con Puyol.

Fue creciendo el Athletic, enfrente faltaba electricidad, aunque Messi ya asomaba y cada vez se abrían más espacios. Entonces, Guardiola metió a Iniesta, de nuevo abucheado por la afición local. Villa volvió a gozar de un par de balones que rematar y Messi inquietó en otro par de incursiones en el área.

Los culés volvían a acaparar la posesión, elaboraban la jugada hasta la exasperación y en esto ligaron la combinación perfecta, que aún tuvo réplica. San Mamés vibró ante la posibilidad de la campanada, pero ya no quedaban fuerzas y por si acaso Guardiola recurrió a Puyol. Adelante, sin brillo.