El Celta se alía con las meigas y se pone segundo

Dicen en Galicia que las meigas no existen, pero que haberlas... haylas. Y debe ser verdad, porque parece que ayer hubo un congreso de ellas en el Teresa Rivero para favorecer al Celta. El equipo olívico se alió con la fortuna para ganar al Rayo y situarse como segundo en la clasificación, cuando el equipo vallecano hizo méritos más que suficientes para haber logrado una amplia victoria. Al menos hasta que las brujas comenzaron a hacer de las suyas y efectos sus conjuros.

El comienzo del Rayo fue espectacular, por su juego y por sus ocasiones. Armenteros se topó con el larguero en el minuto tres, Coke marcó en el siete y Movilla encontró el poste izquierdo de la meta de Falcón en el nueve. Del Celta apenas había noticias hasta que Trashorras botó un córner cerrado que obligó a Cobeño a meter una mano providencial. Luego fue Falcón quien se lució en sendos cabezazos de Aganzo y de Arribas

El cambio.

La segunda parte fue otra historia. Ahí fue donde comenzó a hacer efecto el conjuro de las meigas. Sólo así se puede explicar que el Celta nivelase el resultado con un gol en propia meta de Arribas, que Martínez Munuera anulase un gol espectacular de Aganzo, que el árbitro valenciano invalidase por un fuera de juego inexistente una acción del ariete rayista en la que Falcón le hizo penalti (el meta habría sido expulsado), que diese por bueno el segundo gol céltico que nació en posición antirreglamentaria de David Rodríguez, que Amaya se lesionase justo cuando salía al encuentro de De Lucas en la jugada que dio origen al tercer tanto gallego y que el Rayo terminase con diez porque el percance del central (puede tener para al menos un mes por una rotura de fibras) sucediese cuando Sandoval ya había hecho los tres cambios.

Sandoval

"El Celta no había llegado a Vallecas y el Rayo ya había hecho un fútbol de muchos quilates. Pero fuimos de desgracia en desgracia y perdimos los nervios y los precipitamos. Perdimos la batalla, no la guerra".

Herrera

"El Rayo salió a jugar cinco minutos antes que nosotros, con más intensidad en todo. En la segunda parte salimos más enchufados y marcamos las ocasiones que se nos presentaron".