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Liga BBVA | Sporting 1 - Málaga 2

Pellegrini fue más inteligente

Diego Castro adelantó a los rojiblancos. Dos errores locales facilitaron la remontada malagueña. Weligton y Duda fueron los goleadores visitantes.

<b>SÓLIDEZ. </b>El Málaga supo mantener el orden en la defensa y consiguió inútiles los intentos de marcar del Sporting.
SÓLIDEZ. El Málaga supo mantener el orden en la defensa y consiguió inútiles los intentos de marcar del Sporting.

La inteligencia del Málaga, con un planteamiento serio y un buen toque, fue suficiente para lograr un triunfo en el campo de un rival directo, ante un Sporting que mostró una de sus peores caras y dio imagen de ser un equipo carente de espíritu para andar por Primera División.

En la alineación local, Preciado sorprendió con el cambio de portero, al dejar a Juan Pablo en el banquillo y recuperar a Cuéllar. En el Málaga, Pellegrini dio entrada a los previstos, con el regreso de Apoño.

El conjunto andaluz afrontó el partido mejor posicionado en el campo, lo que le permitió disponer de las primeras iniciativas, pero con precaución en los inicios. El Sporting jugaba a borbotones, fundamentando más su juego en individualidades, lo que sembraba respeto en la zaga malaguista. Pero, a medida que transcurrían los minutos, el equipo de Pellegrini ganaba terreno, sobre todo por las bandas, al frecuentar las incorporaciones al ataque tanto Gámez como Mtiliga, sin que los interiores locales contrarrestasen la superioridad de las bandas.

Inicio sin peligro.

De todas formas, los porteros apenas tenían intervenciones, porque los ataques de ambos conjuntos no inquietaban. Sólo en intentos de remate en lanzamientos lejanos de faltas. El peligro era casi nulo. Sólo un cabezazo desviado de Gregory y un remate flojo de Diego Castro dieron trabajo a Arnau, mientras que Cuéllar se estiró en un desvío del joven Recio.

El primer tiempo resultó equilibrado, aunque el Málaga fue más inteligente. Los de Pellegrini actuaron con orden en defensa y sin prisas en el ataque, mientras que el Sporting dejó muestras de estar más presionado, con exceso de imprecisiones en sus intentos ofensivos y sin sentido en la organización del juego.

Casi por sorpresa llegó la acción del primer gol, en un centro de De las Cuevas que dio en el brazo de Mtiliga. El auxiliar señaló la infracción que el colegiado no observó. El penalti lo lanzó Diego Castro, con un potente trallazo, que superó a Arnau.

El gol gijonés provocó que las filas locales aumentaran la dosis de nerviosismo, frente a un rival que empezó a comerle campo. El empate llegó sobre el tiempo reglamentario, en una pérdida de balón que permitió una falta que ejecutó Duda. La zaga rojiblanca cometió el enésimo error en estrategia de la temporada, lo que facilitó que un especialista como Weligton desviara ante la estirada de Cuéllar.

En el segundo tiempo, los rojiblancos salieron excesivamente maniatados por la presión, sin sentido del juego, con excesivo horizontalismo en un fútbol carente de apoyo. El Málaga empezó a verlo fácil, sobre todo después de que una inocente pérdida de balón de Eguren facilitarla la internada de Eliseu, con una salida alocada de Cuéllar que acabó en penalti. Duda lo transformó y ahí se acabó el partido, aunque por el reloj faltara más de media hora.

Revolución estéril.

Preciado revolucionó la alineación en busca de un revulsivo, con la presencia de Bilic junto a Sangoy en la delantera y luego con Novo en la banda derecha, con traslado de De las Cuevas al centro del campo. Más tarde, Gregory apareció en el centro del campo, dentro de un desorden generalizado. Al Málaga le bastaba mantener la serenidad para conservar la ventaja.

Salvo un error de Arnau en un despeje, los avances de los locales fueron excesivamente imprecisos, ante en Málaga que daba muestras de tener algunas debilidades defensivas, sobre todo por los laterales. El conjunto de Pellegrini buscó sentenciar el partido, pero ofensivamente tampoco dio demasiadas muestras de peligro, también con imprecisiones.

La afición sportinguista, que mantuvo gritos de ánimo para el euqipo durante el partido, estalló al final, con gritos de protesta por la situación del equipo, excesivamente complicada, mientras el Málaga obtuvo un respiro importante que le permite salir del descenso.