Los concursales indultan a Villarroel y su Consejo

No es una sorpresa pero no deja de llamar la atención. Pedro Villarroel y el Consejo que produjo la deuda de 91 millones que casi lleva a la desaparición al Levante, no tendrán que rendir cuentas a la justicia o, por lo menos, en lo que se refiere a los administradores concursales. Y es que, en la pieza de calificación, según informó ayer Radio Valencia-Cadena SER, han pedido que el Concurso sea declarado como fortuito, es decir, que no hay mala fe (ni, por tanto, responsabilidad) para los anteriores gestores. Ahora, será el juez el que se encargue de decidir aunque lo normal es que se dedique a ratificar.

Y si no es una sorpresa es porque los interventores tuvieron que negociar durante muchos meses con el anterior máximo accionista para que se desprendiera de sus títulos. Conforme avanzaba el tiempo, la probabilidad de liquidación iba aumentando y por ello no es de extrañar, aunque indigne, que los gestores que llevaron a la ruina a la entidad granota no tengan que pagar por ello.

Así, no se entiende como mala fe que, para cuadrar las cuentas de 2006-07, se realizara una truculenta operación de venta de la mitad del suelo del Ciutat por 27 millones y, por supuesto, el suelo no cambió de manos, sólo sirvió para tapar ese agujero. En 2007-08, un año después de mantener la categoría, la directiva elaboró un presupuesto de gastos de 36 millones cuando sólo se ingresaban 18 ó 20. Al final, el esfuerzo para fichar a los Riganò, Arveladze y cía quedó claro como un gasto absurdo y catastrófico para el Levante.

Déficit de 09-10.

El Consejo presentará unas cuentas del ejercicio 2009-10 en la Junta de Accionistas del 29 de diciembre con unas pérdidas de cerca de 1,7 millones. En esa temporada estaban bajo la supervisión de los concursales.