Óscar Serrano
"En el vestuario me eché a llorar y me mantearon"
El domingo, en Mallorca, a las siete menos diez de la tarde vio la famosa luz al final del túnel. La primera lesión grave de su carrera deportiva quedó oficialmente olvidada. Ahora, tras la celebración, tiene un nuevo objetivo: estar cuanto antes listo para jugar un partido completo.
Vaya vuelta, pareció un guión de Walt Disney...
La verdad que sí, fue una doble satisfacción inmensa. La victoria del equipo y, personalmente para mí, creo que lo que pasó me va a venir anímicamente muy bien.
Aun con el alta, parecía que le había quedado un gesto raro al correr, hoy (por ayer) no se lo he visto. ¿Ya se le ha olvidado la cojera por completo?
Se me han pasado todos los dolores de golpe. Hoy todo es muy bonito pero enseguida me tengo que centrar, mirar para adelante y trabajar pensando en el partido del lunes.
¿Cómo recuerda esos seis minutos que estuvo en el campo el domingo?
Si soy sincero, lo cierto es que cuando el míster hizo dos cambios pensé "hoy no salgo", luego me llamó y la idea que me hice era la de ayudar a perder tiempo y no cagarla pero, mira, tuve la suerte de pillar esa jugada con Iván y todo resultó mejor que en cualquier sueño.
Le hizo sufrir Iván Bolado en esa acción...
Sí, le dije de todo porque me veía solo, pero la verdad es que el que lo hizo bien fue él, porque aguantó bien al movimiento del defensa y me la pasó en el momento exacto, cuando yo ya estaba solo.
Cuéntenos como fue la celebración del gol...
Según marqué sentí una sensación en el cuerpo de subidón y bajón que pocas veces me ha pasado. Fue muy especial. Luego, además, en el vestuario fue la leche: según entré me eché a llorar como un niño, luego me cogieron los compañeros, me mantearon... fue una alegría inmensa.
¿Ha sido muy duro, no?
Muchísimo. Ha sido un verdadero calvario. Y todavía no estoy a tope, aún queda seguir trabajando en esta fase final. Lo que pasa es que después de la alegría del domingo va a ser mucho más fácil.
¿Cómo vio al equipo contra el Mallorca?
Hicimos el partido que teníamos que hacer. Nosotros siempre tenemos ocasiones y se trata de estar juntitos y defendiendo muy serios para esperar nuestra oportunidad con la portería a cero. Había que dar un cambio a lo que estábamos haciendo fuera de casa y eso ya lo hemos conseguido con el partido del domingo.
¿Cómo se enteró que volvía a una convocatoria?
Me empecé a ilusionar el viernes, porque el míster me preguntó qué tal estaba, yo contesté que bien y él me dijo que si me veía para jugar un rato. No me dijo más, así que cuando puso la lista ya estaba como una moto. La verdad es que en las últimas semanas la mejoría ha sido tremenda.
¿Y para ser titular?
Ya mismo, el lunes... ¡ja, ja, ja! No, en serio. Hay que ir poco a poco, hacer las cosas bien y sin prisas para que el míster pueda estar confiado conmigo al 100%.