El futuro de Preciado se decidirá en A Coruña

El Consejo de Administración del Sporting tiene muchas dudas con la situación de Preciado al frente del equipo. La dinámica de resultados en lo que va de competición pone al técnico en la picota, pese al respaldo oficial que se le otorga desde la planta noble de Mareo. La preocupación es máxima tras haber empatado con el Levante, en un partido en el que se puso de manifiesto la falta de gol sportinguista esta temporada, en la que es el menos eficaz de Primera División, junto al Osasuna y a su próximo rival, el Deportivo de La Coruña. A ello se suma la racha de resultados arrastrada de la campaña anterior, en la que el conjunto rojiblanco ya tuvo muchos problemas para ganar partidos. Aunque los dirigentes tienen dudas sobre la decisión que puedan tomar, la confianza en el técnico está deteriorada, por lo que la continuidad dependerá del resultado del encuentro del próximo sábado en Riazor. Hasta ahora, en lo que va de temporada, el Sporting sólo ha sumado dos empates fuera, en Zaragoza y Almería, con un irregular rendimiento en el resto de encuentros.

Una de las dudas que más preocupan al Consejo es que el técnico haya manifestado que hace todo lo que puede, aunque también tiene en cuenta que Preciado salió adelante en otras situaciones complicadas. Por ahora, desde el Consejo no se han mantenido contactos con otros entrenadores, pero una derrota en Riazor provocará su relevo. Al menos, esa es la premisa que ahora tiene el Consejo.

Vega-Arango sólo prescindió de Vicente Miera

Manuel Vega-Arango no es partidario de destituir de entrenadores. En su trayectoria de casi 18 años como presidente del Sporting sólo Vicente Miera dejó el cargo, decisión que adoptó tras una reunión con el técnico montañés, quien le expuso que no veía soluciones a una trayectoria de caída libre del equipo, cuando era penúltimo clasificado. Fue sustituido por Novoa a ocho jornadas del final, quien evitó el descenso en la última jornada. En los filiales aprobó dos cambios. En la pasada campaña Vidales sustituyó a Abelardo y en 1983. Novoa ocupó el banquillo en la fase final al prescindir de José Luis Viesca.