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LIGA BBVA | ZARAGOZA 1 - REAL MADRID 3

El Madrid de los perros y de los gatos caza en Zaragoza

Özil, Cristiano y Di María marcaron los goles del Real Madrid y Gabi, de penalti, el del Zaragoza. Debutó el canterano Morata con el Madrid. Xabi Alonso y Marcelo vieron la quinta amarilla.

<b>ESTRENO.</b> El canterano Morata debutó con el Real Madrid.
ESTRENO. El canterano Morata debutó con el Real Madrid.AFP

Este nuevo Real Madrid de los perros y de los gatos que se ha inventado Mourinho salió de caza en Zaragoza y atrapó tres puntos, una presa fácil frente a un rival demasiado débil e inconsistente, al que superó con claridad y al que le hizo tres goles que bien pudieron ser algunos más. Sin embargo, la victoria no fue gratis y la factura del encuentro le salió cara al Madrid, que perderá para el próximo partido por sanción a Xabi Alonso y Marcelo, que vieron la quinta amarilla. Quedará para el recuerdo el debut del canterano Morata, un estreno efímero de apenas cuatro minutos. Que pase de ser una anécdota dependerá de Mourinho.

El Madrid ha recompuesto su figura, que quedó bastante maltrecha en el Clásico , y ya vuelve a desenvolverse por la Liga con la soltura habitual, con esa autoridad con la que se manejó en Zaragoza y con la que se emplea con la mayoría de los rivales en el campeonato doméstico. Porque al fin y al cabo, el principal problema del Madrid, que no el único, es que dos veces al año debe medir sus fuerzas con el Barcelona. Mientras no se crucen sus caminos, todo marchará razonablemente bien.

Y así fue en Zaragoza, que comenzó con fuerza, presionando con intensidad y metiendo en algunas dificultades al Madrid. Un engañoso inicio que apenas se sostuvo un cuarto de hora, lo que tardó el equipo de Mourinho en tomar el mando del marcador. El gol nació en un taconazo maravilloso de Cristiano a Marcelo, que elevó la jugada con un pase excepcional a Özil, quien definió con clase ante Leo Franco. Una magnífica acción colectiva.

A partir de ahí se dibujaron un escenario y un partido diferentes. Los ánimos del Zaragoza decayeron, emergió la figura de Xabi Alonso, el verdadero faro de su equipo, y Di María empezó a tener más presencia. Pero ninguno creó más problemas al rival que Marcelo, que controló sin mayores esfuerzos a Lafita y encontró en su banda una autopista que le llevó una y otra vez hasta el área de Leo Franco. Volcado hacia la izquierda, el Madrid generó su mejor fútbol desde esa zona.

Con Xabi Alonso al mando y Lass como esforzado ayudante, de ahí hasta alcanzar el descanso el Madrid borró del campo al Zaragoza, que no encontró ningún argumento para dinamitar la soltura con la que se desenvolvieron los de Mourinho. Cristiano comenzó a participar más, a Benzema le buscaron todos y el francés se esforzó para que le encontraran y Di María se volvió a vestir ese traje de pasador que ya no sorprende y que tanto desahoga a Xabi y beneficia al Madrid. Mientras, Casillas y su defensa contemplaban todo con placidez. Al que peor sentó el gol fue a quien lo firmó, Özil, cuya figura se fue difuminando hasta desaparecer casi por completo. Como desaparecidos estuvieron Ander Herrera, Sinama y casi todo el centro del campo del Zaragoza, en el que sólo Lafita y Bertolo no se resignaron a su suerte y se revelaron, con timidez, eso sí, contra su destino.

La primera parte la cerró Cristiano Ronaldo con un golazo de falta que sorprendió a Leo Franco y convirtió en insuperable la distancia en el marcador, una distancia que alargó Di María nada más salir de los vestuarios. El argentino marcó de vaselina después de un preciso pase de Xabi Alonso.

Retocó el Zaragoza Aguirre, quien metió más fuerza en el centro del campo, del que retiró a Edmilson para dar entrada a Ponzio. Se igualaron las fuerzas, se enmarañó el juego y el fútbol se fue alejando de La Romareda. Se creyeron con posibilidades los locales, pero más por la dejadez del Madrid que por sus propios méritos. Se relajaron los de Mourinho y el Zaragoza se apuntó un tanto. Gabi convirtió un penalti cometido por Carvalho sobre Bertolo.

Malgastó todas sus oportunidades el Madrid y fue incapaz de generar ocasiones el Zaragoza. Pudo marcar Benzema, que finalizó muy mal un contragolpe bien llevado por Özil y continuado con inteligencia por Di María. Se dejó toda su puntería el francés contra el Auxerre y se fue del campo a falta de doce minutos. Reforzó Mourinho el centro del campo con Granero y Özil pasó a actuar como delantero. Será un mensaje o será casualidad, aunque con Mourinho las casualidades no abundan. En esa posición se mantuvo el alemán hasta que dejó su puesto a Diarra y la terminó ocupando Morata, sustituto de un incansable Di María, que se mostró en ataque y nunca se cansó de colaborar en defensa.