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Liga Adelante | Betis 2 - Barcelona B 2

Una siesta mata al Betis

Ganaba fácil 2-0 y se dejó empatar en los últimos minutos. Antes había fallado varias ocasiones muy claras. Emaná volvió a pecar de suficiencia

<b>EMANÁ, HUNDIDO. </b>El camerunés se lamentó así de la derrota después del partido mientras los futboolistas azulgranas abandonaban el césped.
EMANÁ, HUNDIDO. El camerunés se lamentó así de la derrota después del partido mientras los futboolistas azulgranas abandonaban el césped.

Diez minutos de relajación, los últimos, le costaron al Betis los dos primeros puntos de la temporada en su estadio. Fue el tiempo que tardó el equipo de Mel en dejarse empatar por el Barça B un encuentro que ganaba plácidamente 2-0 y después de haber dilapidado media docena de ocasiones clarísimas, varias de ellas por esa forma tan particular de vivir, la vida y el fútbol, que tiene Achille Emaná. Para lo bueno y muchas veces también para lo malo el camerunés abusa de la filigrana, el individualismo y el querer hacerlo bonito antes que eficaz. Este ser bohemio, esta extrema despreocupación, condenan a Emaná a fallar un sinfín de últimos pases y, ayer, tres ocasiones clarísimas que hubieran sellado el marcador antes de que el resto del equipo, contagiado de su pasotismo, acabara de tirar por la borda el partido.

Un partido, recordemos, que se jugó ayer aplazado, once días después de su fecha original, aquel sábado oscuro con un césped más apto para el waterpolo. La suspensión, para qué mentir, le vino esta vez de perlas al equipo verdiblanco pues Guardiola, que antes del martes tenía ya en el bolsillo el pase a octavos de la Champions, tiró de cantera y dejó esta vez a Luis Enrique sin Bartra, Fontás, Dos Santos y Víctor. El eje, los pilares de más calidad que posee el primer filial de La Masía. Sus sustitutos, al menos en defensa, de poco se enteraron.

Porque este Barça B juega con el criterio y el mismo sistema (4-3-3) de su primer equipo, pero ni se acerca a la calidad de los Xavi, Iniesta y compañía ni es capaz de defender con el balón tanto tiempo. Sobre todo, si le quitas a Fontás y Bartra, sus zagueros más intuitivos y rápidos. Muniesa, que alguna vez fue la mayor esperanza atrás de los azulgrana, parece haberse quedado en el camino. Ayer no se enteró y, rodeado de futbolistas que han jugado poco en Segunda y nada ante 35.000 espectadores, vio como Emaná, Rubén o Miguel Lopes se internaban en el área cómo y cuándo querían. Cuatro veces en la primera parte y otras cuatro en la segunda se vistieron con el mejor traje de gol los verdiblancos y sólo en una, la primera, pudo Rubén Castro mandarla a la red (7'). Fue tras un gran pase interior, la séptima asistencia de Salva Sevilla. Otro tanto más del canario, ante una zaga sin experiencia que pronto comenzaba a temblar.

Porque tampoco jugaba Oier, que se supone es el mejor portero del segundo equipo barcelonista, pero esta ausencia le vino mucho peor al Betis. El otro meta, Masip, se hartó de salvar manos a mano contra Salva, Lopes, Rubén Castro y sobre todo Emaná. Al camerunés le detuvo el remate tres veces y en otra fue el mismo Achille quien la cruzó demasiado cuando parecía más fácil darle con el interior que de tacón. La gente le aplaudió la espuela en la que fue la última ocasión bética de la primera mitad, pero luego pasó a los pitos harta de tantas florituras.

Roversio y Nolito.

Tuvo que ser el central Roversio, comenzada la segunda parte, quien definiera como un killer tras un córner. Con tranquilidad, el brasileño controló y la mandó al palo contrario. 2-0 (48') y todo parecía ya visto para sentencia...

Pero llegaron los cambios verdiblancos. Se marcharon, fundidos, Rubén Castro, que se harta a correr todos los partidos; Lopes, que tras una lesión acumula pocos minutos y poco fondo físico, y Beñat, que debe crecer físicamente si quiere convertirse en lo que ya apunta, el gran organizador no sólo para este Betis que pretende ascender, sino también para el equipo verdiblanco en Primera. Mucho antes que las sustituciones había aparecido la relajación. El Betis se dedicó a sestear y lo despertó Nolito, el mejor y casi el único argumento de su equipo con dos o tres arrancadas que habían acabado en remate peligroso. Con su 1,70, el sanluqueño cabeceó el 2-1 (39') y cinco minutos después Oriol consumó la desgracia colándose entre las pifias de Cañas, Isidoro, Roversio y Goitia. Ya quedaba tiempo para poco más.

homenaje a carlos moyá, que se retira

Carlos Moyá se retira del tenis en el Master de Sevilla que comienza hoy mismo y el Betis quiso hacerle un homenaje al primer español que fue número 1 en la era Open. El mallorquín, que en la imagen saluda a Emaná, recibió una camiseta con su nombre y una gran ovación de Heliópolis.