El reportaje | Una iniciativa sin precedentes
'El British Industrial': hechuras inglesas, querencia al tiqui-taca y afición flamenca
El Jerez Industrial, segundo del grupo X de Tercera, está formado por 21 británicos, un luso y dos españoles.
Mañana de noviembre en Montecastillo. El termómetro señala 10 grados, pero la sensación térmica baja a 5. El Xerez se entrena en el campo 2 mientras la Academia Glenn Hoddle, que los fines de semana se transforma en el Jerez Industrial, se ejercita en el 1. Al fondo se adivina a Capi con sudadera, Antoñito luce manga larga y José Mari se embute en un chubasquero. En primer término, un ejército de bigardos desafía al frío en manga corta, con un ritmo de entrenamiento asfixiante y un promedio de bronca por jugada. En el campo 2 retumban los gritos de Hoddle, 53 veces internacional con Inglaterra y ex seleccionador de los pross. "Quillo, no veas las que les lía el tío", apunta Antoñito al pasar. Hoddle es, como dicen por aquí, un avinagrao.
Pero el año pasado, cuando el Jerez Industrial estaba condenado a desaparecer por culpa de un tal Ricardo García, Hoddle acudió al rescate cediendo dinero y ocho jugadores para acabar la temporada. El Industrial descendió, pero evitó la desaparición. Este año participa en el grupo X de la Tercera absolutamente britanizado: 21 de las islas, un portugués y dos españoles. Lejos de lo que denotan sus hechuras británicas, despliega un juego sosegado, sofisticado incluso para Tercera. Lógico, si uno husmea en la plantilla encuentra gente de talento con el balón en los pies como Woolfe (jugó la UEFA con el Bolton), Burge (ex del City pretendido por el United), o el ariete Williamson. Entre tanto guiri hay dos españoles: el jienense Juanse y el madrileño Valtierra. Alguno se irá en enero a juzgar por las visitas a la Academia de Villarreal, Sevilla o Betis, entre otros.
Cada domingo los Hoddle's Boys se enfudan la blanquiazul en La Juventud o la Cruz de San Jorge fuera con ese fair play típico británico. Si todo sale bien, los industrialistas pueden celebrar su 60 aniversario en 2011 con un ascenso. Así lo cree su afición: "Incluso tiesos como estamos, aprendemos inglés, somos el equipo con más extranjeros de Europa y encima vamos a ascender...".
Es el fútbol globalizado de un British Industrial con hechuras británicas, querencia tiqui-taquera y una afición flamenca. Ahora, al sacar Lumley de puerta, el fondo entona con guasa el "¡Come on, shavales!".