Bernardo
"Di Stefano supo ver que era un jugador moderno"
Con quince años un 'guaje' asturiano llegaba a Madrid desde Bélgica para jugar en el cadete de la 'Casa Blanca'.
¿Cómo llegó Alberto Bernardo al Real Madrid?
Yo vivía en Bélgica con mis padres. Nací allí, y tras un verano en el que el Madrid ojeaba jugadores por toda Europa, como hacen ahora otros equipos, me encontraron a mí. Fue realmente una sorpresa. Con quince años me planté en la capital de España para jugar en el cadete blanco. Era un mundo nuevo para mí.
¿Cómo cambia la vida para un guaje llegando al Real Madrid tan joven?
Te lo tomas como una responsabilidad tremenda. Yo me había marcado el objetivo de llegar al primer equipo lo antes posible. Era un sueño que estaba al alcance de la mano. Estuve dos años cedido en equipos de Tercera División y Segunda B. Alfredo Di Stéfano, el mejor jugador de la historia, me hizo debutar y tuve su confianza. Para mí, esto fue un honor. En un año llegué a disputar unos 40 partidos, algo que pocos jugadores pueden decir.
Pero llegó una lesión...
Sí, precisamente en Gijón. Tino, compañero y amigo mío, me entró fuerte en El Molinón en un partido que acabaríamos ganando por dos goles a uno. Una tendinitis hizo que me perdiera el último tramo de la competición. El doctor Guillén me operó, me dejó bien, pero no volví a ser el mismo. Es algo que suele suceder después de una cosa así. El Madrid me dijo que no contaba conmigo y me busqué la vida.
¿Le faltaron oportunidades, entonces?
Sin duda, estoy seguro de que si me dan las mismas oportunidades que a otros hubiera llegado a su nivel o incluso superarlo. Di Stéfano vio en mí a un gran jugador, incluso debuté por delante de Míchel. No formar parte de La Quinta del Buitre fue lo que me dejó en la estacada. Lo tenía todo para triunfar, pero no se confió en mí. Son cosas del fútbol, pero te matan.
Y así llegó al equipo de sus amores...
Sí, así fue. Llegue al Sporting sabiendo a dónde llegaba. El equipo de Novoa jugaba la UEFA. Tenía un bloque consolidado con Mesa, Joaquín, Redondo... Era un club grande. No tuve suerte y en dos temporadas jugué muy poco. Aún así llegar al Sporting fue lo máximo para mí. Mi equipo era y es el Madrid, pero el rojiblanco es el de mis amores, el club de mi vida, soy socio y sigo yendo al Molinón cada domingo.
Hablando del Sporting, ¿qué le parece la guerra de Mourinho con Preciado?
Pues no la entiendo. No creo que Preciado acierte en sus palabras, pero sí que creo que ambos tienen su razón. Al Sporting no le viene bien entrar en peleas ajenas. Eso sí, creo que el Real Madrid lo va a pasar muy mal en El Molinón, como el año pasado. Me atrevería a pronosticar un empate a cero de nuevo.
¿Cómo acabó la carrera de Bernardo?
Me fui a Osasuna y después a Valladolid y Huelva, pero ya no era el mismo. Yo era un jugador rápido, hábil, con movilidad, sabía jugar sin balón, pero como a tantos otros, las lesiones me hicieron mella. Puede pasar. Era un jugador moderno para la época y gente como Di Stéfano lo supo ver...