El Granada se entrena en una era en plena Vega

El fútbol granadino vive los mejores momentos de las dos últimas décadas. El ascenso a Segunda fue una explosión de júbilo y miles de aficionados se han enganchando. Sin embargo, el Granada se prepara en unas instalaciones precarias en la Vega que no están a la altura de los rojiblancos. Desde la venta del viejo Los Cármenes hace 15 años, el club no ha tenido instalación propia y malvive por los escasos campos de hierba natural de la ciudad y los que ofrece el Ayuntamiento.

Hace varias temporadas, el primer equipo rojiblanco instaló su cuartel general en mitad de una tierra de labor propiedad del ex directivo Antonio Sánchez, quien ha empleado mucho tiempo y dinero en crear unas instalaciones que puso al servicio del club desde el primer día y que no para de mejorarlas en la medida que puede y el entorno le permite.

Se trata de una gran extensión en la que hay dos campos de fútbol-11 con medidas reglamentarias y otro de fútbol-7 que estará disponible en breve. Los vestuarios son cabinas prefabricadas y el agua procede de un depósito agrícola. Se ha añadido una sala de masajes para atender a los jugadores y se han mejorado los vestuarios.

Los Cármenes apenas se puede visitar mientras que la hierba del polideportivo municipal Núñez Blanca (segundo lugar de trabajo) va a ser reparada durante este mes. El Granada pasará el frío invierno en los campos de Antonio Sánchez, una instalación que ahora es subvencionada por el club pero que durante años fue un regalo de Antonio, de corazón rojiblanco, al que deberían hacerle un monumento.