El Sporting ha vuelto de Almería con 'once puntos'

Además del punto del empate logrado por el Sporting en el campo de los Juegos Mediterráneos, tres jugadores del conjunto gijonés regresaron con heridas que precisaron atenciones médicas. Entre Botía, Iván Hernández y Matabuena sumaron otros diez puntos, pero de sutura, por heridas que sufrieron en el desarrollo del juego. Botía recibió el impacto de un codazo de Kalu Uche, en un salto en el centro del campo, en una pugna por el control del balón, que le abrió una herida en el pómulo izquierdo. El central murciano estuvo fuera del campo siete minutos, ya que por la herida manaba sangre. Necesitó cuatro puntos de sutura y un vendaje espectacular.

Dos casos más.

En el caso de Iván Hernández, una 'tijera' de Piatti impacto la bota del argentino en la cabeza del madrileño, quien necesitó tres puntos de sutura para evitar que sangrara la herida abierta en la zona del cuero cabelludo. El argentino levantó la bota en el intento de remate a la altura de la cabeza del zaguero rojiblanco, que es uno de los jugadores más altos de la plantilla. Matabuena recibió un fuerte pisotón en la mano izquierda, en una caída. Además de un vendaje, tras el encuentro se le aplicaron tres puntos de sutura.

La jugada más polémica fue el codazo de Kalu Uche, en la que los rojiblancos reclamaron al árbitro una sanción más dura que la amonestación. Estrada Fernández interpretó que el balón estaba en juego, por lo que dejó la infracción en una tarjeta amarilla. En las otras dos jugadas, la de Piatti fue una acción de juego peligroso que se sancionó con una amonestación, mientras que la que afectó a Matabuena se produjo en una acción fortuita.

El partido tuvo un desarrollo de juego con intensidad, pero, salvo en acciones puntuales, no se registró dureza, aunque el ilerdense Estrada Fernández mostró ocho tarjetas amarillas en los noventa minutos.

El gafe de Almería, roto a medias

El Sporting rompió medio gafe en su visita a Almería, a un campo del que siempre había salido derrotado y en el que aún no sabe lo que es ganar, aunque la expedición rojiblanca regresó de la capital andaluza con una satisfacción a medias. La opinión generalizada de los componentes de la plantilla es que los méritos fueron para haber ganado a un rival directo, con un rendimiento mejorado en el segundo tiempo. Además de reclamar un penalti no señalado, por unas manos de Juanma Ortiz, los gijoneses se quejaron de la dureza local y de que el mejor juego no hubiera tenido mejor premio.