La vieja guardia resurge

Casi dos meses llevaba el Granada, el temido lobo feroz de Fabri y Quique Pina (amén de un plantillón de escándalo), sin hincar la rodilla. Y lo acabó haciendo en el Cartagonova, el lugar donde tienen fijada su residencia hombres que están encontrando en el fútbol una nueva vida y que cuando les da por jugar, la tarde es hasta divertida. Para aquellos despistados, enumérense a los Víctor, Toché, Cygan... La vieja guardia está de vuelta, resurge, y con ella el Cartagena y toda su gente. Una afición que ha dejado a un lado la frialdad de otras jornadas y que ha sabido empujar cuando su equipo especulaba con el 2-1 de la segunda mitad. Esta vez no fue como ante el Alcorcón, angustioso, atemorizado, con nervios... El tanteo era el mismo, victoria por la mínima, pero el equipo jugó mucho más entero. Hizo lo que se le pide: matar el partido (en la primera mitad) y controlarlo (en la segunda).

El Cartagena debía ganar, estuviesen enfrente Geijo, Abel (por cierto, penoso su partido mientras actuó de mediapunta), el mundialista Orellana o el cohete Benítez. Los albinegros arrancaron mejor, apretaban, y como hace quince días ante el Alcorcón, en el mismo sitio y a la misma hora: Víctor. El 11' es el 'minuto Víctor'. Entonces aprovechó un error defensivo con el que salvó la angustia cartagenera, ayer encauzó el partido. Y manda narices que sea de cabeza, con sus 166 centímetros, saltando entre dos centrales tras un buen centro de Toni Moral (se agradece que vaya a más). Pero el Granada no es cualquier cosa y cuando despierta, pega y después pregunta. Benítez, cuya matrícula vio pasar muchas veces Txiki (que llegó tocado físicamente y debió salir hundido en lo psicológico) se pegó un sprint y dio el pase de la muerte a Orellana. 1-1, vuelta a empezar.

El Granada, sorprendentemente, se replegó, especuló con el resultado... y el Cartagena, que ayer sí tuvo pegada, le dio en todo el morro. El esperado, el goleador, Toché, cazó un balón suelto en el área tras una incorporación de Botelho (espectacular por cierto su partido en labores defensivas) y batió a Roberto para hacer el 2-1. Así llegaría el descanso y quedaba la incógnita de saber si se pasarían apuros e incluso se viviría una tragedia dejándose remontar.

Solidez y paciencia.

El Cartagena aguantó el arreón. Mensah pudo marcar de cabeza al poco de reanudarse el partido, pero poco más. Fabri metía gente con caché y experiencia, pero Cala, Cygan, Botelho y también Casilla no estaban por la labor. Delante, Mariano achicaba y Longás encontraba su mejor fútbol para matar el partido y dar salida a las contras. Geijo tuvo su ocasión, la única que cedió el Cartagena, y el meta albinegro sacó el disparo a bocajarro. Luego llegó la roja a Iñaki Muñoz, rigurosa pero roja, y los últimos diez minutos se hicieron eternos. Pero esta vez tocaba sonreír. El Cartagena resurge.

Fabri dirigió desde la grada

El ex técnico del Cartagena arrastraba un partido de sanción y dirigió a su equipo tras el banquillo visitante. El club le reservó asientos en primera fila. Dijo sentirse respetado por la gente.