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LIGA BBVA | REAL MADRID 2 - ATLÉTICO 0

Carvalho desactiva al Atlético

Magnífico partido del central portugués, que rompió el choque en ataque con el primer gol y lo aseguró en defensa. Özil firmó el segundo. Se reclamó un penalti por mano de Xabi Alonso y otro de Simao a Di María.

<b>EL MEJOR.</b> El central Ricardo Carvalho fue el mejor jugador del partido.
EL MEJOR. El central Ricardo Carvalho fue el mejor jugador del partido.JESÚS RUBIO

Para el Real Madrid jugar un derbi contra el Atlético es como para un niño ir al parque de atracciones. Sabe que vivirá situaciones de angustia, en los que se le disparará la adrenalina, y es consciente de que habrá momentos en los que incluso lo pasará mal, pero el recuerdo que le quedará al final del día será bonito. Una generación entera de seguidores del Atlético está creciendo sin haber visto a su equipo ganar un derbi. Mientras, en el bando rival quizá se esté comenzando a perder la perspectiva de la importancia que supone vencer al Atlético, con el que hace no muchas décadas se disputaba el dominio en el fútbol español. Son once años acumulando decepciones unos y sin que se les borre la sonrisa a otros.

El Madrid se maneja en estos duelos con suficiencia y descaro, con la personalidad y la soltura que le falta al Atlético, que sufre en silencio sus complejos, que van de lo psicológico a lo futbolístico. Porque en los dos aspectos fue inferior a su rival, que marcó el territorio desde el inicio. Salió como un vendaval que se llevó por delante todo lo que encontró a su paso. Menos de 20 minutos necesitó el Madrid para convertir dos goles, resolver el derbi y justificar el trabajo táctico previo. El Atlético empleó ese tiempo en mandar su planteamiento inicial a la basura.

El efecto terapéutico que ejerce el Atlético sobre el Madrid es fabuloso. Nos atreveríamos a decir que alcanza incluso dimensiones extraordinarias. Porque sólo así puede calificarse el hecho de que fuera Carvalho, un central, quien rompiera el partido. Entró en carrera para cortar por la mitad la defensa del Atlético y después de recibir el balón de Di María definió ante De Gea con la tranquilidad de los grandes delanteros. Apenas se habían consumido 13 minutos, pero es que cinco antes le fue anulado un gol a Khedira por claro fuera de juego y uno después De Gea, que ya tuvo que intervenir a los tres minutos en un cabezazo de Pepe, evitó el segundo ante Higuaín. No estuvo tan acertado el portero poco después, en una falta lanzada por Özil. Lo que nació como un pase acabó convertido en el segundo gol del Madrid. Reyes no llegó al corte y De Gea vio la vida pasar.

Había sorprendido Quique Flores de inicio con un doble pivote formado por Tiago y Mario Suárez. El Atlético salió replegado y muy ordenado, intentando cerrar espacios para calmar, sin conseguirlo, la salida del Madrid. Su ataque lo inclinó hacia la derecha, banda ocupada por Reyes y defendida por Marcelo, que ahora vive más centrado, pero no pierde su natural tendencia a la dispersión. Se distrae con el vuelo de una mosca, lo que obliga a sus compañeros a no perderle de vista un instante. Y nadie está más atento ni le evita tantos sonrojos como Xabi Alonso.

El dibujo de Quique se sostuvo apenas medio tiempo y el resto de la noche el Atlético fue un esforzado Sísifo acarreando una y otra vez su pesada roca montaña arriba. Y es que Mourinho ha construido un bloque pétreo, que fulmina al rival con latigazos eléctricos, pero nunca olvida sus obligaciones defensivas. Se entrega en la destrucción con la misma intensidad y devoción, lo que cierra casi por completo el camino para la remontada del rival. Las ayudas en defensa son constantes y los cuatro zagueros, más Khedira y Xabi Alonso, se multiplican para tapar cualquier boquete que surja delante de la pared levantada frente a Casillas. Y en esa labor nadie destaca más que Carvalho, que rompió el partido en ataque y lo aseguró en defensa. El portugués estuvo perfecto hasta que debió retirarse a falta de diez minutos con un corte en la cara, regalo del codo de Diego Costa.

Con el reloj comiéndose la primera media hora se agitó el Atlético, que de ahí al descanso vivió sus mejores momentos y convirtió en protagonista a Casillas. Apareció primero ante Agüero y luego se lució en una estética estirada a mano cambiada a tiro de Reyes. Entre medias no pitó Mateu Lahoz un penalti por mano de Xabi Alonso en un disparo del Kun y se olvidó después de señalar los once metros en un derribo de Simao a Di María dentro del área.

El Madrid, con Cristiano desaparecido, dio varios pasos hacia atrás, excesivos, y le entregó la pelota y la iniciativa al Atlético en la reanudación. Le invitó a atacar para intentar asestarle el golpe de gracia a la contra. Y muy cerca estuvo de conseguirlo nada más salir de los vestuarios, cuando un envío de Özil lo mandó Higuaín de volea al poste.

El susto no acomplejó esta vez al Atlético, que mantuvo el mando y el control del balón hasta el final. Pero su dominio dejó sensaciones muy diferentes a las que ofreció el Madrid cuando fue el equipo de Mourinho el que gestionó el choque. Cada llegada del Madrid significaba peligro, mientras que el Atlético necesitó hacer mucho más para no obtener nada. Los primeros se creen invencibles y los segundos quizá también lo piensan.

Tuvo su ocasión Forlán a falta de media hora, con un disparo potentísimo que se estrelló en el poste, y no se cansaron de probar fortuna Reyes y Agüero, a los que les falló la puntería o se encontraron con Casillas. Como le faltó tino, y quizá aire, a Özil para definir ante Filipe Luis y De Gea en un contragolpe que nació en fuera de juego.

Buscó Quique las ideas de Raúl García y los goles de Diego Costa. Nuevas vías para alcanzar un imposible. El Madrid daba síntomas de agotamiento y respondió Mourinho retirando a Higuaín para dar entrada a Benzema y dejó claro que no estaba para bromas cuando ordenó saltar al campo a Diarra por Di María.

Quien salió mejor librado con los cambios fue el Madrid. Marcelo, Sergio Ramos y Benzema perdonaron el tercer gol, pero el equipo de Mourinho terminó el partido donde lo comenzó, en el área del Atlético.