Europa League | Rosenborg 1 - Atlético de Madrid 2
Golazo de Tiago y adiós al agobio
Agüero hizo el 0-1 en fuera de juego. El Rosenborg sitió al Atlético y logró empatar. Tras el aluvión noruego, el portugués hizo un gol de crack en el 84'
Sabían que iban a sufrir. Pasaron minutos muy complicados. Estaban mentalizados para ello. El Rosenborg les sitió en la segunda parte y si hubiera ganado, el resultado no habría sido injusto. Pero la calidad es la calidad. Y ganaron los colchoneros. Quedaban siete minutos. Tiago, que había hecho un partido más bien malo, arrancó del círculo central, avanzó sacando fuerzas de flaqueza y superó a dos rivales, con un caño incluido, encaró a otro y también le superó. Ya en la frontal no se lo pensó y la rompió. Y los tres puntos se vinieron para Madrid.
El Atlético solventó un partido complicado con oficio. El campeón empezó mal su participación en esta Europa League y ayer consiguió enderezar el rumbo.
Guión invertido.
El partido empezó al revés de lo que marcaba el guión del partido norteño. El Atlético manejó el juego con relativa facilidad el primer cuarto de hora. Llegó el gol de Agüero en el minuto tres, tras un gran cambio de juego de Raúl García, desde la derecha, a Simao y un centro sencillo del portugués para que el Kun, en más que posible fuera de juego, rematara a puerta vacía.
El Rosenborg parecía entregado. Tiago no era capaz de hacerse con la manija, pero le bastaba Assunçao y Raúl García a los colchoneros, junto a Simao, para controlar con tibieza a los noruegos. La cosa empezó a complicarse a partir del minuto 20. Justo después de que Diego Costa tuviera el segundo gol en sus botas y lo marrara con todo a favor. Raúl García, en su nueva ubicación en la derecha, rindió más en ataque que en defensa y por esa banda entraba el capitán Dorsin con demasiada facilidad.
El Rosenborg empezó a atosigar al Atlético en el último cuarto de hora del primer tiempo, pero sin crear ninguna ocasión clara. Los pelotazos a Iversen y la búsqueda del rechace del ariete, además de las entradas por banda, eran los argumentos de los noruegos. No consiguieron empatar antes del descanso, pero en la reanudación salieron con la misma intensidad, presionando como lobos ante el desconcierto de los futbolistas del Atlético que no la cogían ni con la mano. Y fue en el minuto 51 cuando llegaron las tablas. Pelotazo a Iversen, dejada del corpulento delantero a Henriksen quien se la coló por debajo de las piernas a De Gea.
El empate no le bastaba al Rosenborg y siguió apretando sin tregua con su fútbol poco elaborado, pero muy eficaz para llegar al área del Atlético. Prica tuvo la victoria a los dos minutos del empate, pero De Gea entonces sí respondió con su calidad habitual a un cabezazo picado.
Quique sacó a Mario Suárez por Assunçao y dio entrada a Forlán por el Kun, pensando probablemente en el derbi del domingo y confiando en que no perdía pegada para intentar dar la vuelta al resultado. El Rosenborg había acampado cerca del área del Atlético, pero los colchoneros lo intentaban a la contra. Diego Costa volvió a tener el segundo gol, pero no ajustó lo suficiente su buen remate que buscaba el ángulo y salió desviado. También falló Iversen un gol difícil de fallar. Y en esas, cuando se acababa el fuelle de los noruegos, apareció Tiago, se zafó de tres contrarios y disparó certeramente con la derecha para batir a Örlund. Un golazo que hizo olvidar el agobio y dio la victoria. Pero así no se puede ganar en el Bernabéu.