Europa League | Paok 1 - Villarreal 0
Europa se complica
Cayó en La Tumba y debe ganar los dos que quedan
El Villarreal se complicó anoche en Salónica su futuro en la Europa League. Y de la manera más tonta. En un partido que tenía controlado, pero al que le faltó meter una marcha más para hacerse con tres puntos que habrían resultado de oro. Pero, en lugar de eso, los de Garrido regresaron con un tropiezo que, sumado a la victoria del Dinamo de Zagreb en Brujas, les deja en la tercera posición del grupo, sin billete de momento para la siguiente ronda, y obligado a ganar su próximo compromiso en El Madrigal. El infierno de 'La Tumba' se notó en 90 minutos de aliento sin respiro, pero varias fueron las ocasiones que tuvieron los amarillos de acallar una grada que enloqueció con el tanto de Vierinha. Fue ya en la segunda mitad, en el 70'.
Hasta ahí, el choque había discurrido más o menos plácido para un Submarino que ya en el primer minuto pudo adelantarse en el marcador. El balón fue siempre para el equipo castellonense, pero sin la claridad de otras ocasiones. Con Senna en Vila-real lesionado y Cazorla de inicio en el banquillo tocado, a Cani y Borja les faltó algo de clarividencia para conectar con Altidore y Nilmar. El brasileño fue el que más lo intentó, con clase, pero sin premio. Enfrente, un Paok que durante gran parte del partido pareció dar también por bueno el empate. Jugaba en casa, jaleado por 25.000 aficionados, pero esperaba atrás a los de Garrido. Sin prisas, sin riesgos. Esperando su oportunidad.
Bien es cierto que con el inicio del segundo acto, los de Havos se estiraron un poco más y avisaron con un par de disparos de Fotakis. También pudo golpear primero el Villarreal, pero Rossi no definió un balón que se quedó suelto tras un saque de esquina. El empate parecía bueno, pero la ambición de Garrido no tiene límite y se fue a por los tres puntos dando entrada a Rossi y Cazorla. La artillería pesada. El choque volvía a equilibrarse e, incluso, parecía tener color amarillo. Hasta que ese despiste en un córner, de los pocos que sacó, permitió a Vierinha firmar el 1-0. Sin duda, demasiado premio para un Paok conformista y duro golpe para un Submarino al ralentí, pero que había hecho lo suficiente como para no regresar de vacío de tierras helenas. Desde ese minuto 70 hasta el final, los amarillos echaron el resto, ya con Jefferson Montero también en el campo, en busca de un empate que hiciera justicia y, de paso, aliviara su futuro en esta liguilla. Pero no llegó y, ahora, a los de Garrido les espera toda una final la próxima jornada en El Madrigal contra el Dinamo de Zagreb. En juego, el futuro en Europa. Casi nada para un equipo que se ha propuesto como objetivo alzar un título este año y éste (junto con la Copa) sería lo más viable para los amarillos.