Con Jandro y Despotovic, a ganar por fin a domicilio

Si cuando se logra esquivar un obstáculo se tropieza con el siguiente, cada vez cuesta más trabajo levantarse, y el camino acaba haciéndose interminable. Por eso mismo, el Girona quiere lograr ante el Albacete por primera vez encadenar dos resultados positivos que le permitan poner pie en una zona más tranquila y además, de un plumazo, echar tierra de por medio ante un rival directo y romper con la sequía de puntos lejos de Montilivi. La sensación es que el equipo no baja de prestaciones como visitante, pero los resultados le dan la espalda y nadie quiere que se alargue la situación para que psicológicamente no acabe siendo un muro imposible de saltar.

El Carlos Belmonte era un estadio reservado la temporada pasada para el buen recuerdo: en él se pudo cerficiar la permanencia en la penúltima jornada, pero una contundente derrota dejó el destino del equipo para el último suspiro. Para darle color a ese gris recuerdo, el técnico introducirá algunas novedades que además sirven para dar descanso a una plantilla que, por edad, necesita dosificarse. Jandro y su magia volverán a llevar la manija del equipo en ataque, ante el Valladolid demostró tener buena conexión con Despotovic, y fuera de casa la velocidad del serbio y la visión de tiralíneas de Jandro pueden solventar muchos problemas. El Albacete herido por tres derrotas consecutivas no lo pondrá fácil, pero más complicado será levantarse tras no sumar en cinco partidos como visitante.