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Copa del Rey | Logroñés 0 - Valencia 3

Aduriz y Mata dictan sentencia

El asturiano dio dos asistencias que aprovechó el ariete vasco. Triunfo balsámico y eliminatoria resuelta. Buen partido de Joaquín y gol de Vicente

Actualizado a
Aduriz y Mata dictan sentencia

Unai Emery necesitaba tanto ganar el partido de ayer que participó incluso en la jugada del primer gol. De sus manos nació el contragolpe que cambio el rumbo del encuentro y sentenció la eliminatoria. Porque Emery se percató de que la defensa del Logroñés estaba descolocada y raudo y veloz le dio el balón a Jordi Alba para que sin tiempo que perder sacara de banda y entre Mata y Aduriz hicieron el resto. Nada fue igual tras ese gol, porque a los riojanos se le oxidó la armadura y los valencianistas se quitaron el corsé. Fueron uno, dos y tres, como podrían haber acabado siendo cinco o seis. Eliminatoria resulta para el Valencia y, pese a la derrota, buena imagen la ofrecida por el equipo de Sergio Pellicer en su estreno en el banquillo de Las Gaunas.

El Logroñés, de hecho, se marchó al descanso como hubiera firmado de antemano hacerlo cualquiera de sus aficionados: sin encajar ni un gol. La alineación que puso Emery para medirse a un Segunda B tenía incluso mejor pinta que la que sacó en Liga ante el Mallorca. Con Banega en la posición que le gusta -aunque durante la primera parte hizo lo mismo que el otro día, más bien poco- y con Mata de titular, además de Joaquín, Chori y Aduriz.

Con estos invitados coperos campando por Las Gaunas, a los Izquierdo, Molina, Pepe, De las Heras y compañía no les quedaba otra que verlas venir y esperar a que en una contra a su favor saltara la liebre. Como no hubo lugar a que inquietaran a Moyà, lo que sí pusieron los locales fue todo de su parte para que el dominio valencianista no se tradujera en goleada a las primeras de cambio. Lo intentaron Joaquín, Chori, Mata y Jordi Alba. Pero cuando la zaga riojana no podía contener a los valencianistas aparecía la figura del meta Rubio. Lo dicho, Undiano Mallenco mandó a los dos equipos al vestuario con un resultado que no daba luz alguna al túnel en el que últimamente se había metido el Valencia. Aunque podría haber sido otro el resumen de la primera mitad si al colegiado le hubiera dado por expulsar a Banega o al Chori Domínguez por sendas acciones de cartulina digamos 'naranja'.

Al campo regresó el Logroñés con intención de ser una mosca cojonera blanquinegra como en su día lo fueron en Copa del Rey el Guadix, Novelda o Alicante. Pellicer adelantó unos metros a sus jugadores y en solo tres minutos ya habían sacado dos saques de esquina. Y hubo un tercer córner antes del minuto 55, aunque éste le salió caro al conjunto riojano, porque mientras sus jugadores reclamaban a Undiano Mallenco penalti de Stankevicius por empujón a Gregory -riguroso si lo hubiera pitado-, lo dicho, con los locales quejándose al colegiado, Emery se 'vistió' de corto para iniciar el contragolpe que significó el cero a uno en el marcador.

Con los humos riojanos bajados y abierta la lata, Mata le demostró a Molina cómo se las gasta un campeón del mundo. El asturiano peleó -aún con todo a favor del defensa para pegarle al balón y mandarlo fuera del campo- hasta robarle la cartera y con visión y precisión darle otra asistencia a Aduriz. Por cierto, detalle de calidad del ariete vasco a la hora de golpear el balón. Cero a dos en un abrir y cerrar de ojos y a otra cosa mariposa.

Emery entendió que era momento de pensar en el Zaragoza, y por ello mandó a la ducha a los dos jugadores que habían marcado las diferencias entre un Primera y un Segunda B, Aduriz y Mata, como también las marcó durante todo el partido Joaquín. El regreso del gaditano fue una de las noticias positivas de la velada, aunque ninguna tanto como la vuelta a la senda del triunfo. Porque fuera ante el Logroñés o frente a un rival de Champions, los de Emery necesitaban quitarse el mal rollo que les había entrado. Si encima marcaba Vicente tras la reprimenda que se llevó de Unai el martes, mejor.